Podrá ser pequeña en territorio, pero inmensa en mar, y en esas aguas, Costa Rica resguarda una riqueza marina que, específicamente en el caso del atún, es aprovechada más por flotas y desembarcaderos extranjeros que por los ticos.
Entre 2002 y 2011, se pescaron 259.180 toneladas métricas de atún en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Costa Rica. El 85% de ese atún se desembarcó en siete países; Ecuador –con el 51% de los desembarcos– fue el principal receptor, mientras que en Costa Rica solo se descargó el 15%.
En el período comprendido entre 2008 y 2011, el país percibió un ingreso promedio de $37 (¢18.648) por tonelada de atún extraído; esto por concepto de venta de licencias.
En cambio, en el mercado internacional, cada tonelada de atún que se procesa como producto enlatado tiene un precio de $2.800 (¢1.411.200), y si esa tonelada es vendida como producto fresco puede valer entre $6.000 y $10.000 (entre ¢3.024.000 y ¢5.040.000).
Así lo dio a conocer un análisis realizado por los biólogos Priscilla Cubero y David Martínez para la Federación Costarricense de Pesca (Fecop). Para ello, los investigadores contaron con datos correspondientes a la década comprendida entre 2002 y 2011, que fueron proporcionados por la Comisión Interamericana del Atún Tropical (CIAT) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Asimismo, y según datos del MAG, barcos cerqueros de seis países –la mayoría con bandera de Panamá y Venezuela– operaron en aguas ticas entre 2008 y 2011.
Según Luis Dobles, presidente del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), esta situación de la pesquería de atún data de hace 40 años y concierne a la legislación costarricense.
Con el objetivo de proveer producto a las enlatadoras nacionales, se promulgó la Ley Ferreto o Ley del Atún (N° 6.267) en 1975. Esta impulsaba que barcos de bandera extranjera vinieran a pescar a territorio nacional con tal de que desembarcaran parte del atún capturado en Puntarenas.
“En ese momento, el país llegó a tener cuatro plantas procesadoras que generaron divisas y empleo. Sin embargo, pasó el tiempo, y por diversas razones, hoy solo tenemos una planta. Evidentemente, esta no tiene la capacidad para absorber el volumen de materia prima que esas embarcaciones extranjeras capturan en nuestras aguas”, dijo Dobles.
En este sentido, el jerarca de Incopesca comenta que el país urge de un ordenamiento pesquero, que deberá hacerse por ley en el seno de la Asamblea Legislativa.
“Tarde o temprano tenemos que establecer un ordenamiento, y definir cuál será la participación de los artesanales, los camaroneros, los palangreros y la pesca atunera de cerco según la distancia para que no haya interacción”, manifestó el jerarca de Incopesca.
Traslape con flota nacional. Según el informe de Cubero y Martínez, entre 2002 y 2011, se realizaron 1.512 viajes de pesca, los cuales hicieron 16.626 lances para capturar atún aleta amarilla, barrilete y barrilete negro, patudo y melva.
Cada vez que la red fue lanzada al agua, la cantidad de atún extraída bajó 24,75% a lo largo de la década. El informe indica una caída anual promedio de 0,6 toneladas métricas por lance.
Ahora, el 27% de esos lances se asociaron a la “pesca accidental” –técnicamente conocida como pesca incidental– de 53 especies; los más afectados son los picudos (marlin y vela), el wahoo , el dorado y el tiburón sedoso.
Los picudos, por ejemplo, son especies de importancia para la pesca deportiva, mientras que el dorado es el principal objetivo de pesca de la flota palangrera nacional, y el tiburón sedoso genera ingresos al país por turismo de buceo.
“El traslape espacial entre la pesquería por barcos cerqueros, la pesquería de palangre y las zonas de pesca deportiva, genera competencia por atún, picudos, dorado y wahoo entre esas tres pesquerías, con pérdida de biodiversidad y daños económicos relevantes para los sectores pesqueros nacionales”, añade el informe.
Propuesta de ordenamiento pesquero. Para Cubero, el informe servirá de base para diseñar un plan de ordenamiento de las pesquerías en el Pacífico de Costa Rica, el cual, daría prioridad a los sectores pesqueros nacionales.
Este plan de ordenamiento se acompañaría de una zonificación marina, donde cada área tendría lineamientos de manejo como tipo de pesca que se permitiría, los límites donde se podría realizar esta pesca, el uso de artes de pesca y cuotas de captura, entre otros.
"Todo esto tendría que ser consensuado con los pescadores y ya se ha venido trabajando desde hace meses", dijo Cubero.
En este sentido, la Comisión Nacional del Sector Pesquero y la Fecop pretenden "crear un clima favorable en favor de un decreto que regule la pesca de cerco de atún con un ordenamiento pesquero en el Pacífico costarricense".