Quienes utilicen el transporte público en las rutas de Santa Marta y Cedros de Montes de Oca, al este de la capital, tendrán la posibilidad de viajar en un autobús con motor diésel, que durante tres meses utilizará solo biocombustibles y biolubricantes de origen vegetal, producidos en suelo costarricense.
La iniciativa es un plan piloto que tiene como propósito demostrar que este tipo de productos son sostenibles y viables para este tipo de transporte.
Las empresas Energías Biodegradables, Agronegocios CR, Servicentro Cristo Rey, el Instituto CEA, Autotransportes Cesmag, así como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) están detrás de esta iniciativa que recibió el banderazo de salida este jueves.
El biodiésel con el que operará el autobús se obtiene a partir del aceite que se desecha en sodas y restaurantes. Para elaborarlo, las compañías cuentan con 940 proveedores ubicados en todo el país.
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Según explicó Orlando Ramírez, presidente de Autotransportes Cesmag S.A., la fabricación del biodiésel se efectúa filtrando el aceite obtenido para estandarizar la calidad del mismo, pues cuando es recolectado presenta restos de alimentos, agua y otras sustancias. Posteriormente, se le somete a un proceso químico. Además, se le agrega metanol para conseguir que se convierta en diésel.
"Este es un tema más filosófico, no necesariamente de ahorro. De hecho, el biodiésel ha llegado a ser hasta más caro que el diésel. Siempre se ha atacado al transporte público como el más contaminante (...) La apuesta de esto es que otras empresas de transporte se animen y empiecen a aditivar o a mezclar su combustible y con eso vamos a ir disminuyendo la huella de carbono", comentó Ramírez.
Sostenible
Asimismo, el autobús funcionará con biolubricante extraído de las semillas del arbusto de higuerilla, producidas por agricultores costarricenses. Esa es una de las razones por las cuales el Ministerio de Agricultura y Ganadería colabora en esta iniciativa.
Alonso Acuña, responsable del programa de bioenergía del MAG, aseguró que "el cultivo de higuerilla es una opción productiva que se abre al sector agrícola nacional; es una alternativa que puede llegar a reemplazar a otros cultivos sembrados hoy en áreas donde hay disminución de la precipitación por el cambio climático".
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En el mundo este cultivo tiene cerca de 700 usos, desde prendas para vestir, hasta aceite para motor y en este caso, biodiésel.
Orlando Ramírez, de Cesmag, destacó la importancia de hacer de esta una actividad sostenible. Según él, la idea es "que cuando la persona le eche un aditivo a su vehículo sepa que se vio beneficiado alguien de Guácimo, de Guápiles o de Buenos Aires de Puntarenas, porque él fue quien colaboró en la siembra de ese producto".
A prueba
El proyecto promovido por estas empresas se ejecutará durante los próximos tres meses.
Además del bus, también se exhibirá al público un motor que funcionará tanto con el biodiésel como con el biolubricante, en el Servicentro Cristo Rey, ubicado en Ochomogo. Esto con el fin de que otros empresarios e incluso el público en general se interesen en este tipo de combustibles.
El Instituto CEA, de técnicos en mecánica automotriz, también fue invitado a abrir un motor, realizarle mediciones y posteriormente armarlo y ponerlo a funcionar con el biodiésel y el biolubricante.
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"Tenemos un motor que ya tiene bastantes horas de estar trabajando constantemente, probándolo con aceite. Al iniciar decíamos: 'no sabemos hasta dónde vamos a llegar con este motor', pensábamos que se iba a quebrar en dos días, tres días y hasta hoy, este proyecto ha sido 100% exitoso", afirmó Federico Jiménez, representante del Instituto CEA.
Por su parte, Eladio Madriz, gerente de la empresa Energías Biodegradables, destacó las bondades del biodiésel, entre las cuales destacan que es entre 90% y 95% menos contaminante que el diésel basado en petróleo.
Según los promotores de la iniciativa, estos productos se pueden utilizar en cualquier motor de este tipo, sin que sea necesario realizarle ninguna modificación. Asimismo, el combustible de origen vegetal ayuda a tener lubricado el motor, evita su desgaste y limpia los inyectores.
No solo autobuses se podrían ver beneficiados, también vehículos livianos y hasta generadores, apuntó Madriz.
Al día se consumen cerca de tres millones de litros de diésel en Costa Rica, por lo que el experto consideró la llegada del biocombustible como una oportunidad para disminuir el impacto ambiental.