Con el fin de educar por medio imágenes, la Asociación Ornitológica de Costa Rica (AOCR) organizó su primer concurso de fotografía, que eligió a Álvaro Gutiérrez, Álvaro Cubero y José Antonio Redondo como sus ganadores.
El tema en esta primera edición fueron las aves silvestres de Costa Rica y su alimentación. “Buscamos resaltar la delicada dinámica natural en el proceso de alimentación de las aves y su interacción con el entorno”, se detalló en las bases del certamen.
Por eso, se penalizaron las imágenes que captaban medios artificiales de alimentación como comederos o dispensadores de néctar, los cuales imposibilitan que las aves cumplan con sus funciones ecológicas como polinizadoras y dispersoras de semillas, algo que es clave en el mantenimiento del bosque.
En total, participaron 134 fotografías captadas por 50 participantes. De estas, 12 conformarán el calendario de la AOCR.
Asimismo, se eligió una muestra de 42 gráficas que se exhibió en el marco del Costa Rica Bird Fair, evento organizado por Selva Verde Lodge, del viernes 25 al domingo 27 de setiembre, en Sarapiquí de Heredia.
Aprender de una foto. Álvaro Gutiérrez captó a un tucancillo piquianaranjado o cusingo (Pteroglossus frantzii), cuando este se alimentaba de un huevo, en San Mateo de Alajuela.
Efectivamente, esta especie endémica come pichones, así como frutos e insectos. Incluso, es capaz de bajar al suelo para comer bayas.
Otro dato interesante lo aporta el lugar donde se tomó la fotografía: aunque es usual observarla en el Pacífico sur, esta especie se extiende por el norte hasta Orotina y colinas arriba, en dirección a Atenas.
Álvaro Cubero, por su parte, capturó a un martín pescador enano (Chloroceryle aenea), cuando engullía un pez en la laguna Jalapa, en Sarapiquí.
Esta especie de ave no escatima en zambullirse desde ramas de baja altura, rocas emergentes o alambres de tendido eléctrico con tal de cazar a su presa. A veces se alimenta de insectos.
El llamado halcón caracara (Caracara cheriway) usualmente captura mamíferos pequeños, pero José Antonio Redondo logró fotografiarlo en su otra faceta: como un ave carroñera.
Esta fotografía, por su parte, se tomó en Bagaces de Guanacaste, cuando el caracara disfrutaba del último bocado de un mamífero que alguna otra ave rapaz dejó atrás.