La grasa generada por 30 restaurantes en Santa Teresa de Cóbano, península de Nicoya, dejó de ser un contaminante más para las playas del sitio.
Ahora, ese desecho es el "alimento" número uno de un biodigestor que provee de energía limpia a la estación local de la Policía Turística. Allí, el biogás se emplea para la cocción de los alimentos.
La iniciativa es implementada por la organización Nicoya Península Waterkeeper (NPW), con el apoyo de la empresa Viogaz, que promueve el uso de biodigestores. Asimismo se contó con el respaldo financiero del Departamento de Desarrollo Sostenible de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Impacto. A lo largo de la costa de Santa Teresa de Cóbano funcionan alrededor de 130 restaurantes y cocinas de hoteles y cabinas. "Ese número de establecimientos turísticos genera una cantidad considerable de aguas residuales cargadas de grasa. Como se carece de alternativas sostenibles para la disposición final de esos desechos, se acostumbra cavar un hueco y enterrar los residuos, provocando contaminación", explicó en un comunicado de prensa la firma Viogaz.
Según Carolina Chavarría, Directora Ejecutiva de NPW, se calcula que con la iniciativa se estarán recolectando anualmente 3,6 toneladas de grasa (alrededor de 10 kilos diarios).
"Es el primer biodigestor de este tipo en el país, que trabaja exclusivamente con grasas. Logramos miniaturizar el concepto de un reactor industrial, pero haciéndolo asequible y a pequeña escala. Además, es un biodigestor que opera de forma comunitaria", agregó Joaquín Víquez, director ejecutivo de Viogaz.
La zona de Santa Teresa de Cóbano posee una población aproximada de 5.000 habitantes y, de acuerdo con el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), cada año este lugar es visitado por unas 150.000 personas, entre nacionales y extranjeros.