Varsovia, Polonia. Tras semana y media de charlas en plenarios, sesiones que se extienden hasta las 6 a. m., discusiones sobre la responsabilidad financiera y logística por el cambio climático, Costa Rica mueve sus fichas a un plan b: los acuerdos bilaterales.
Las principales propuestas nacionales se han atascado en la vía multilateral de la Cumbre Climática de la ONU y el propio ministro de Ambiente y Energía, René Castro, admite que los esfuerzos ticos han servido apenas para “evitar que las negociaciones colapsen”.
Los temas de agricultura y nuevos mercados de carbono se pospusieron hasta 2014, la metodología de bosques está “secuestrada” hasta nuevo aviso y no hay avances claros en financiamiento ni en el acuerdo para el 2015.
Así las cosas, el país negociará acuerdos de pasillos y en reuniones privadas, tal como ha hecho en otras ocasiones.
Estas conversaciones bilaterales se mantendrán, principalmente, con Alemania y Japón.
Con los primeros se negocia el financiamiento del mecanismo contable del Banco de Carbono, mientras que los nipones han ofrecido fondos para un sistema de monitoreo de emisiones.
“El mundo desarrollado pensó que aquí no iba a pasar nada y debía esperarse a París 2015”, comentó Castro, quien, además, habló del atraso de otros países en temas forestales, el pilar ambiental de Costa Rica.
“Ya hemos pasado las etapas que ellos están ahora. Hemos sido los únicos llegados a niveles de ejecución requeridos por instituciones como el Banco Mundial”, destacó René Castro.
Con la élite. El reconocimiento que la comunidad internacional le da al trabajo tico quedó evidente ayer en un panel del sistema Naciones Unidas, donde Costa Rica fue el único país representado.
El ministro Castro compartió foro con el secretario general de la ONU , Ban Ki-moon, la secretaria ejecutiva de la Convención de Cambio Climático, Christiana Figueres, el director de la Organización Meteorológica Mundial, David Grimes, así como representantes del Programa de Desarrollo (UNDP) y el Programa de Ambiente (UNEP) de la ONU.
El director del UNEP, Adam Steiner, resaltó que nuestro país se encuentra “diez años adelante” del resto de la comunidad internacional, que observa a Costa Rica en busca de ejemplo.
Por su parte, Figueres instó a los países a actuar sin tardanza, pues el tiempo para pilotos y modelos se había agotado.
Durante el discurso del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, el ministro Castro fue el único panelista que revisó su teléfono inteligente, una práctica que ha arrastrado en todas sus presentaciones en esta cumbre climática.