El león Kivú falleció, la noche del viernes, por complicaciones de salud, confirmó la tarde de este sábado el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) por medio de la red social Facebook.
La muerte ocurrió 12 semanas después de que el animal fue trasladado del zoológico Simón Bolivar a su nueva casa: el Zoo Ave, en La Garita de Alajuela.
Desde hace varias semanas el león se mantenía en un monitoreo constante debido a su precaria condición. El animal ya no consumía alimentos sólidos por lo cual se le suministraban sueros, vitaminas, reconstituyentes. También se le suministraban desinflamatorios por la atrosis que padecía. El deterioro en la salud del felino se vio reflejado en su peso: en las últimas dos semanas había perdido 20 kilos.
Después de que abandonó el Simón Bolivar, solo se le había aplicado anestesia en dos ocasiones: el día en que fue trasladado y la semana pasada. En ambas ocasiones le tomaron muestras de sangre para valorar su estado.
El cuerpo del león permanece en la Escuela Veterinaria de la Universidad Nacional (UNA), donde se le realiza una necropsia (análisis que se hace a los cadáveres para conocer la causa de muerte).
Según un equipo de profesionales de varias entidades, las complicaciones de salud de Kivú tenían origen en una insuficiencia renal crónica.
Las autoridades aún no han definido cuál será el destino final para los restos del león.
El felino fue donado por el Zoológico de La Habana en 1999 cuando apenas tenía meses de nacido. Vivió durante 18 años en el zoológico Simón Bolívar, en San José.
En la actualidad, vivía en un área de 300 metros cuadrados, donde tenía vegetación, troncos, una cueva, plataformas y una fosa con agua.
Lago de Ruanda inspiró nombre
Kivú llegó a Costa Rica a inicios de 1999 en avión con su hermana Kariba, la cual falleció de cáncer en el 2011. Un concurso público permitió bautizar a los animales. La niña Ana Laura Moya Vargas le dio el nombre que lleva, en alusión a un lago de Ruanda.
Moya, vecina de Guadalupe y quien hoy tiene 23 años, manifestó vía telefónica, que se sentía alegre de que el león finalmente hubiera descansado, luego del sufrimiento que enfrentó durante los últimos años.
"Ya era mucho lo que había sufrido y ahora por fin va a ser libre. La última vez que lo vi fue hace cuatro años en el zoológico Simón Bolivar, y desde ese momento decidí no volver allí. Fue impresionante verlo dar vueltas en una jaula tan pequeña", recordó Moya.
"Se suponía que lo enviarían a África Mía en Liberia, donde iba a tener más espacio. Tal vez su estilo de vida hubiera sido otro", dijo con pesar.
Añadió que le queda el bonito recuerdo de haberlo visto pequeño y lo que vivió en aquel momento con el concurso, el cual consistía en ponerle nombre a la pareja de leones. Para aquel momento ella tenía 6 años e iba para el kínder.
"Sobre ese concurso, recuerdo que Fundazoo había colocado un recipiente donde uno depositaba los nombres para los dos leones, los cuales tenían que iniciar con la letra K. Yo acerté el de Kivú y un muchacho de Guanacaste ganó por el nombre de Kariba", explicó la joven.
Según publicaciones de este medio en marzo de 1999, el otro niño ganador fue José Pablo Mora Aguilar, de 11 años, vecino de Carrillo. El nombró a la leona como Kariba. Un total de 3.000 posibles nombres fueron recibidos y de estos 12 fueron los finalistas.