El Museo Nacional (MNCR) garantiza el uso de las colecciones biológicas del INBio y de las bases de datos a los científicos nacionales y extranjeros, quienes podrán seguir generando conocimiento sobre la biodiversidad del trópico.
Así respondieron Rocío Fernández, directora del MNCR, y Cecilia Pineda, encargada de Historia Natural del MNCR, a las dudas planteadas por investigadores sobre el acceso a los 3,5 millones de especímenes e información asociada, que desde hace 25 años están en custodia del Instituto Nacional de Biodiversidad (INBio).
A partir del 27 de marzo , estas compilaciones biológicas pasarán a manos del MNCR.
Estos ejemplares, una vez sumados a los 353.279 ya existentes en el MNCR, constituirán la más completa muestra biológica del país, en cuanto a plantas e insectos.
Para Pineda, los investigadores ganarán porque en el caso de algunas especies, se cuenta con información de 128 años.
“Nuestro Departamento de Historia Natural tiene conocimiento técnico y científico, así como la experiencia operativa que nos da la confianza de asumir el reto. Tenemos el respaldo de una tradición científica de 128 años”, dijo Fernández.
Asimismo, la directora del MNCR agregó: “No se trata de sustituir al INBio. Ambos modelos administrativos, uno privado (INBio) y otro público (MNCR), han sido exitosos y aunque tenemos formas de gerenciar distintas, el compromiso es el mismo”.
La preocupación se derivó de la publicación de un artículo en la revista Science , en diciembre de 2014, que alertó a los científicos extranjeros sobre la crisis financiera que atraviesa INBio y despertó las dudas sobre el futuro de las colecciones, sobre todo porque al pasar a una entidad estatal, temen que la burocracia limite el acceso a ellas.
“Lo que creo es que afrontamos un gran prejuicio de la comunidad científica y no me da ningún pudor decirlo. Merecemos un voto de confianza. Me parece que hay una arrogancia que debería ser revisada con más apertura y solidaridad”, manifestó Fernández.
Acceso. Aparte de los especímenes, las recopilaciones son valiosas por su información taxonómica, ecológica y geográfica.
“Una base de datos congelada, sin una conexión activa a los resultados de curación constante, sería prácticamente inútil. Una colección y su base de datos no solo destacan cuáles especies están en el país, sino dónde, en cuál temporada florecen y fructifican, qué tamaño tiene la mata, color de las flores o frutos y muchas más cosas, algunas no registradas de otra forma”, comentó Barry Hammel, botánico y curador del Jardín Botánico de Misuri (Estados Unidos).
“He venido trabajando en una monografía sobre moscas de flores en Costa Rica, unas 500 especies. Estoy a un cuarto del camino de terminar el proyecto y no podría finalizarlo sin los especímenes en las colecciones de INBio”, manifestó Christian Thompson, entomólogo del Instituto Smithsonian.
Pineda aclaró que el acceso a la plataforma Atta seguirá ininterrumpido, al igual que la consulta a Ecobiosis (sistema informático del MNCR).
Con ayuda del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt), se trabajará en la integración de ambos sistemas. Esto tendrá un costo aproximado de $65.276 y se espera funcionará en dos años.
Según Fernández, la meta es más ambiciosa. Se pretende diseñar el sistema nacional de información sobre biodiversidad, que integrará datos de otros acopios en manos de instituciones y universidades.
Mientras se construye un nuevo edificio, cuyas obras se iniciarán en 2016, los investigadores podrán consultar las colecciones en la sede del MNCR, en San José, y en el edificio del Servicio Fitosanitario del Estado, en Heredia.
Para ello, el MNCR dispone de procedimientos y protocolos que serán modificados para ajustarse a las nuevas demandas.
Eso aplicará no solo a la consulta de los muestrarios, sino a los préstamos y colaboraciones que permiten curar e identificar los especímenes. De esta forma, las colecciones siguen “vivas”.
Eduardo Galante es biólogo del Centro Iberoamericano de la Biodiversidad (Cibio) en España. Tiene 14 años de trabajar con estas colecciones biológicas y ha colaborado con la descripción de más de 100 especies nuevas para la ciencia, cuyo “tipo” (los especímenes utilizados como referencia para la identificación) se encuentran depositados en estas.
“Precisamente en estas semanas se presenta, en la Universidad de Alicante, una tesis que he dirigido sobre un grupo de insectos de Costa Rica y donde se describen nada menos que 53 especies nuevas”, manifestó Galante.
“Las colecciones de biodiversidad –sean del MNCR, INBio, la Universidad de Costa Rica (UCR), Instituto Smithsonian o cualquier otro– son la manifestación física de un proceso para llegar a conocer la biodiversidad silvestre del país para su biodesarrollo sin daño. Y conocerlo es la único manera en que la biodiversidad va a sobrevivir a largo plazo y ser el motor socioeconómico que debe ser”, destacó Daniel Janzen, ecólogo de la Universidad de Pensilvania en Estados Unidos.
Personal, horarios y equipo. Asociado a las colecciones está el personal a cargo de la curación, mantenimiento e interpretación.
“Este personal ha sido cuidadosamente entrenado por INBio de una manera casi equivalente a la formación que reciben los estudiantes de posgrado avanzado. Científicos internacionales y taxónomos reconocidos han establecido relaciones de colaboración con este equipo, proporcionando un nivel de formación y conocimientos sin precedentes en el país”, comentó Carlos De la Rosa, director de la Estación Biológica La Selva, de la Organización para Estudios Tropicales (OET).
Para atender las colecciones, el MNCR fue eximido de la directriz que impide el nombramiento de nuevo personal. Eso le permitirá contratar 11 plazas (ocho curadores y tres informáticos).
“Queremos ajustar los perfiles para hacerlos muy específicos, porque nos interesa el potencial del personal que INBio entrenó y si logramos construir características muy particulares en esos perfiles podríamos tener una ventana de inclusión para ellos”, detalló Fernández.
En una carta firmada por 23 investigadores se expone la preocupación por los horarios de atención. Como institución pública, el MNCR abre de 7 a. m. a 3 p. m.
Sin embargo, Pineda no duda en hacer ajustes para que el personal de Historia Natural pueda atender a los científicos y así hacer excepciones de horario.
En cuanto al equipo, MNCR está a la espera de que INBio determine qué desea donar, para así tomar previsiones.
“La Dirección General del MNCR ha solicitado a Randall García (director de INBio) en dos oportunidades que presente la lista de los proyectos vigentes que requieren acceso a las colecciones por entregar a finales de marzo de 2015 y un inventario del equipo que ha decidido donar al MNCR”, se lee en la respuesta que dio Fernández a la misiva de los investigadores.
Entre más pronto el MNCR tenga esta información, más rápido procederá con la verificación y colocación de placas a los equipos e inmuebles.
Asimismo, al tener claro cuáles proyectos siguen vigentes, se pueden inscribir a los investigadores lo más pronto posible.
“Entre más se atrase el INBio en dar la información, más nos atrasamos nosotros y nos compromete con el usuario”, recalcó Fernández.