Salud, conciencia ambiental y apoyo a los productores locales son los tres ingredientes que los consumidores de los abastecimientos “verdes” valoran antes de desembolsar su dinero.
El surgimiento de supermercados y pequeñas tiendas con una oferta alternativa enfocada en la sostenibilidad y un estilo de vida más saludable comienza a seducir a un publico creciente, aunque aún reducido. Ello, a pesar de que los precios podrían resultar más elevados que en otros lugares.
“Orgánico”, “vegano”, “libre de gluten”, “biodegradable”, “artesanal” y “natural” son algunos de los atributos de los productos que se exhiben en las estanterías.
Un equipo de La Nación realizó un recorrido por varios de estos locales y comprobó que la oferta es variada. Alimentos y bebidas, línea de belleza y cuidado personal y productos de limpieza son las tres grandes áreas en las que se concentra la oferta.
“Las personas que buscan estas cosas son consumidores con conciencia ambientalista y preocupados por su salud”, explicó Teresita Varela, propietaria de Mundo Verde, un local que funciona bajo el concepto tradicional de “pulpería”.
De acuerdo con Varela, varios problemas de salud como diabetes, enfermedad celíaca, alergias e intolerancias obligan a muchos a modificar drásticamente sus hábitos alimenticios.
“Yo soy diabética y celíaca y hasta hace pocos años era una tortura comer porque no había oferta de productos . Yo pasaba a punta de ensaladas”, comentó Varela.
También están los que por razones varias adoptan una alimentación ya sea vegetariana o vegana.
Bebidas gasificadas elaboradas con frutas frescas, paté de eneldo, azúcar de coco, mermelada de chile picante e infusiones de cardamomo y un cepillo de dientes de bambú son solo algunos de los productos que se pueden adquirir en este local.
Varela, quien es emprendedora, subrayó que parte importante de la filosofía de su negocio es el apoyo al productor local. También admitió que los precios son más elevados que el de los productos convencionales. “Se come rico, pero se paga caro”, dijo.
Por su parte, María Pía Martín, copropietaria de El Mercadito de la Esquina , en Heredia, explicó que sus clientes son “consumidores que quieren aprender a comer mejor y a cuidar el ambiente”. En su negocio se promueven las compras a granel de modo que si la persona lleva su propio envase de vidrio, podrá adquirir frijoles, granola, pimienta, entre otros, a un precio más bajo.
Amplio. La versión respetuosa del ambiente de un supermercado es la razón de ser de Green Center en sus dos locales ubicados en Santa Ana y Curridabat.
“Nuestros clientes son consumidores responsables que buscan disminuir su impacto ambiental y tener hábitos más saludables”, declaró Fernanda Pía, copropietaria del supermercado.
Así, los productos agrícolas, cárnicos y avícolas se generan mediante procesos que respetan el equilibrio natural.
“Las verduras, legumbres y las frutas cuentan con la certificación emitida por Primus Labs , una certificadora reconocida”, agregó. Esto significa que esos productos cumplen con los principios de la agricultura orgánica: equilibrio ambiental, protección del suelo, agroecosistema diversificado y ausencia de productos químicos sintéticos (herbicidas o pesticidas), entre otros.
Los huevos son de pastoreo, un método de producción que garantiza el bienestar de las gallinas, pues tienen buen espacio para moverse y alimentarse.
Pía reconoció que las frutas y verduras orgánicas son alrededor de un 20% más caras.
“Como no se utilizan herbicidas, es necesaria más mano de obra, la certificación anual cuesta $1.000, pero la demanda es menos y se deben cubrir costos fijos”, detalló la empresaria.