En 2012, cada costarricense gastó un 11% más de lo que el territorio nacional es biológicamente capaz de proveer.
Todo país tiene un número limitado de recursos naturales (agua, suelo y bosques) que es capaz de producir y regenerar, año con año, para satisfacer las demandas de sus habitantes.
Desde 1991, Costa Rica consume más de lo anualmente presupuestado en ambiente para cada uno de sus habitantes.
Lo más grave es que los habitantes de hoy están agotando los recursos previstos para aquellos ticos que ni siquiera han nacido.
La alerta proviene del Decimonoveno Informe Estado de la Nación , dado a conocer esta semana. Según ese informe, en solo diez años nuestra deuda ecológica pasó de un 3% en el 2002 a un 11% en el 2012.
En otras palabras, los ticos ya excedimos la biocapacidad del país, entendida como el potencial del territorio para garantizar un abastecimiento regular de recursos y absorber los desechos derivados del consumo.
“Ese dato cuenta la historia de este país: la fortaleza de la agenda verde (cobertura forestal, conservación y biodiversidad) y la debilidad de las otras agendas (energía, calidad del aire y ordenamiento territorial)”, comentó Leonardo Merino, coordinador del informe.
Ya en 2012, la organización internacional Global Footprint Network había hecho un ejercicio de cálculo de huella ecológica específico para Costa Rica.
Según sus datos, cada tico tiene un consumo de 2,5 hectáreas globales mientras que la biocapacidad del país es de apenas 1,6 hectáreas.
Lo anterior quiere decir que cada costarricense necesita 0,9 hectáreas globales adicionales para satisfacer su demanda de recursos.
Si el resto del mundo tuviera nuestro mismo ritmo de consumo, la humanidad requeriría 1,4 planetas Tierra para mantener este modo de vida.
Razones. Este incremento de la deuda ecológica se debe a la reducción de la biocapacidad por el crecimiento de la población, pues la misma cantidad de recursos ahora hay que repartirla entre más gente.
La otra razón que destaca el informe es el aumento en la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero (GEI) resultantes de la combustión de hidrocarburos en el sector transporte y energía.
De hecho, más del 70% de los derivados del petróleo son consumidos por el sector transporte.
“A eso le agregaría el crecimiento del estándar de vida, el consumo y el desperdicio. Ahí veo luces de alarma porque estamos copiando el estándar de vida de Estados Unidos, al punto de que ya vamos por la relación de un vehículo por cada tres habitantes cuando antes éramos 20 por cada vehículo.
”Eso no se resuelve solo con más transporte público porque, aunque tienen metro y sistemas de autobuses eléctricos o gas, los estadounidenses siguen usando el vehículo de forma individualizada.
”Se necesita un cambio de cultura para pasar a una movilidad distinta que, sin ir a los extremos de andar todos en bicicleta, implique repoblar las ciudades para que la gente camine más”, dijo el ministro de Ambiente, René Castro.
Insostenible. Para Mathis Wackernagel, presidente de Global Footprint Network, la deuda ecológica depende de la forma en que una ciudad o país organiza su vida como conjunto social.
Cuanto más ineficiente sea un territorio respecto al uso de los recursos, más le adeudará al planeta.
Por ejemplo, una red vial mal diseñada y con poco mantenimiento, producirá más presas y, estas, a su vez, más emisiones de GEI por combustión de gasolina o diésel.
Si a esto se suma un mal servicio de transporte público que obliga a las personas a utilizar su automóvil, la problemática se acrecienta y empeora si por vehículo solo viaja una persona.
A la hora de sentar responsabilidades, todos tenemos parte.
Las políticas públicas orientadas a la sostenibilidad, deben acompañarse de una promoción de la concientización y un actuar del ciudadano, pues, por ejemplo, de nada sirve que se construyan ciclovías si nadie las usa.
De no hacerlo así, la presión sobre el ambiente crecerá y las consecuencias serán pagadas por todos los habitantes, tanto los actuales como los futuros.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas, en su informe Estado de la Población Mundial 2011 , advirtió de que esa presión causará pobreza ante la escasez de recursos para satisfacer necesidades básicas como agua y alimentación.
Esa escasez propiciará migraciones, porque las personas buscarán otros lugares que les aseguren una mejor calidad de vida.
Como consecuencia de lo anterior, vendrá el hacinamiento y la sobrecarga en los sitios donde se encuentran los recursos, y el círculo se volverá inacabable.
“Costa Rica ya tiene dificultades para sacar a su población de la pobreza. Simplemente, los esfuerzos no son suficientes porque hay algo que no está resuelto: el modelo está basado en recursos que ya no existen”, dijo Wackernagel a La Nación .