El 2021 será un año clave para Costa Rica en su camino hacia la carbono neutralidad, pero ya no marcará la meta.
“Costa Rica aspira a ser un país carbono neutro, con un volumen anual de cero emisiones netas en el Inventario Nacional de Emisiones, entre 2050 y 2100”, se lee en la propuesta de Contribución Nacional de Costa Rica ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la cual se presentará, oficialmente, a finales de setiembre.
La Contribución Nacional (INDC, por sus siglas en inglés) reúne los aportes que el país estaría en capacidad de asumir si se acuerda un nuevo régimen climático en la conferencia de las partes de la convención (COP21), por realizarse en diciembre en París (Francia).
Este nuevo régimen tendría vigencia a partir del 2020.
La INDC especifican las medidas para contener la temperatura y así esta no se incremente más allá de los dos grados Celsius (2 °C).
La revisión de los inventarios nacionales de emisiones, el diseño de las medidas y el análisis de lo requerido, dieron sentido de realidad a la meta de carbono neutralidad, posponiéndola para el 2100.
Esto coincide con lo dicho por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el Informe sobre la disparidad en las emisiones 2014 sobre neutralizar las emisiones con miras a ese año.
Eso sí, y según lo estipulado en la INDC de Costa Rica, el objetivo es disminuir emisiones paulatinamente y fijar metas por año. “Eso nos permitirá ‘descarbonizar’ la economía al 2050”, destacó el ministro de Ambiente, Édgar Gutiérrez, durante la presentación realizada este miércoles en el auditorio de la Fundación Omar Dengo (FOD).
Nueva meta. Según Pascal Girot, coordinador sectorial de cambio climático del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) está afinando el inventario de emisiones del 2012, el cual será el año de referencia.
Preliminarmente, las emisiones de gases efecto invernadero (GEI) se contabilizan en 12,44 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2 e).
Según la INDC, la meta es reducir esa cantidad para que llegue a un máximo de 10,9 toneladas de CO2 e en el 2021.
Para el 2030, el tope máximo estaría en 9,37 millones de toneladas de CO2 e. Eso implicará un recorte en el 25% de las emisiones en comparación con el 2012.
“Para lograr su meta, Costa Rica tendrá que reducir 170.500 toneladas de GEI, año con año, al 2030”, se lee en la INDC.
El objetivo es aún más ambicioso para el 2050. En ese año, el inventario deberá estar en 5,96 millones de toneladas de CO2 e. En otras palabras, la mitad de las emisiones del 2012.
A partir de entonces, los esfuerzos se orientarán a alcanzar la carbono neutralidad: cada emisión que se libere a la atmósfera deberá ser compensada para que la ecuación quede en cero.
El ejercicio también se hizo por persona. En el entendido que cada persona emite dos toneladas de CO2 e, las emisiones per cápita deberán ser 1,73 toneladas al 2030, 1,19 toneladas al 2050 y -0,27 toneladas al 2100.
Según Girot, la INDC implica un compromiso vinculante y, a partir de 2020, estará sujeta a reportes periódicos y revisiones.
Consulta. La propuesta de INDC fue diseñada y consultada en seis talleres temáticos.
“Se organizaron con una amplia participación de distintos sectores que permitieron captar las ideas y criterios técnicos de actores tanto del sector público como del privado, para definir metas de reducción de emisiones a largo plazo”, destacó el ministro Gutiérrez.
Ese borrador, a su vez, fue validado por un panel de expertos internacionales y ayer se presentó la versión final para realizarle ajustes. Posteriormente, será entregada a Naciones Unidas.