Lima, Perú. Restaurar 20 millones de hectáreas de tierras degradadas, mediante la regeneración natural y la reforestación, en los próximos 20 años, es la meta que países como Costa Rica se comprometieron a cumplir bajo la Iniciativa 20/20.
Esta será lanzada hoy domingo en el Global Landscapes Forum, el cual se realiza en el marco de la cumbre del clima en Lima, Perú.
Además de Costa Rica, la meta también fue acogida por Perú, Ecuador, Colombia, Guatemala y México. Otras naciones, como Panamá y Haití, están en conversaciones y se espera que más naciones se sumen.
Según José Joaquín Campos, director del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie), la tendencia global conduce a la desertificación.
Solo América Latina posee 200 millones de hectáreas degradadas entre pasturas, fincas agrícolas desgastadas o terrenos deforestados.
“Decidimos tomar el 10% de este desafío y así fue como se originó la meta de las 20 millones. Puede sonar que es muy poquito, pero es muy ambicioso porque implica ir contra corriente”, destacó Campos.
La Iniciativa 20/20 será impulsada por el Catie, el Instituto Mundial de los Recursos (WRI, por sus siglas en inglés), el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
“La fecha del 2020 no implica que todas esas tierras para entonces, van a estar restauradas, porque son procesos que demoran entre 20 y 30 años. El año nos marca la meta; ojalá podamos tener en ese tiempo compromisos, acuerdos y mecanismos establecidos en los países que aseguren la restauración”, indicó Campos.
La prioridad de Costa Rica será restablecer terrenos en Puriscal, Turrialba y algunas zonas de Guanacaste.
Para conseguirlo, según Campos, se requerirá un trabajo conjunto con el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae), el cual priorizará las áreas.
Clima. En el contexto del cambio climático, los bosques son primordiales para capturar carbono e incorporarlo a la biomasa en raíces, cortezas y hojas.
Por eso se dice que los bosques son “bancos de carbono”.
Los bosques más robustos aumentan las posibilidades de adaptarse a las nuevas condiciones ambientales y hace a los territorios más resilientes; es decir, capaces de sobreponerse a las alteraciones del clima.
De acuerdo con Campos, una forma de restaurar tierra degradada es dejando que la naturaleza haga su trabajo. Por ejemplo, una pastura usada para ganadería puede cubrirse con bosque secundario con tan solo eliminar la presión sobre ella. Así fue como Costa Rica consiguió, en parte, revertir la deforestación en determinadas zonas.
Otra forma de restauración es promover una agricultura más arbolada, mediante sistemas agroforestales. Esto significa combinar cultivos como café o cacao, por ejemplo, con árboles tanto dentro de las fincas como en los linderos utilizándolos como cercas vivas.
“Esto nos permitiría producir carne, leche o alimentos, pero aumentando, al mismo tiempo, la biomasa. De esta forma, ‘secuestramos’ más carbono y conservando la biodiversidad”, comentó el director del Catie.
Un cafetal o cacaotal con árboles captura, en promedio, una cantidad de carbono similar a la de un bosque secundario, agregó Campos.
Otra alternativa es la reforestación. Esta, junto al impulso de sistemas agroforestales, serían las mejores opciones para el país.
La restauración también favorece los suelos. El que solo haya vegetación es una ventaja. Con los años, esta irá incorporándose al suelo e irá devolviéndole nutrientes hasta hacerlo más fértil. La materia orgánica en forma de hojarasca lo protegerá.
“Lo hemos visto en tierras degradadas donde hemos sembrado leguminosas. Las raíces realizan una simbiosis con unas bacterias que permiten tomar el nitrógeno del aire y lo incorporan al suelo, así es como lo fertilizan”, explicó Campos.
Asimismo, la vegetación que va incorporándose al suelo es reservorio de carbono y este también se nutre de ese carbono, lo cual sube la capacidad de almacenamiento del suelo y lo convierto en actor clave contra el cambio climático.