Unos 490 kilómetros al oeste de donde suele observarse, se encontró al ratón espinoso ( Diplomys labilis ), que vino a engrosar la lista de mamíferos de Costa Rica y a extender su rango de distribución hacia el norte, para incluir a nuestro país.
El investigador Jim Córdoba Alfaro lo vio escondido en un hueco –a unos 10 metros de altura– ubicado en un árbol conocido como peine de mico ( Apeiba tibourbou ).
Así lo dieron a conocer Córdoba (investigador en La Leona Eco-Lodge), José Ramírez, Diego Salas, Bernal Rodríguez (Universidad de Costa Rica) y Francisco Durán (Museo Nacional) en un artículo publicado en la revista científica Checklist .
Esta especie de mamífero arbóreo se conocía en Panamá, Colombia y Ecuador, pero no Costa Rica.
“Parece ser que siempre ha estado aquí, pero por ser arborícola, es difícil de observar y capturar”, comentó Rodríguez.
El hallazgo se dio en el bosque premontano húmedo que rodea a la quebrada La Tarde, en La Palma de Osa, Puntarenas.
Las copas de los árboles en este sitio se levantan entre 30 y 40 metros del suelo.
El nuevo de la lista. Con este ratón de árbol, la lista de mamíferos de Costa Rica llega a 250 especies.
“Las ratas de esta familia tienen los pelos duros como espinas, no tanto como un puercoespín, pero sí más duros de lo normal y, por eso, se le conoce como ratón espinoso”, explicó Rodríguez.
Este roedor suele estar en bosques siempreverdes, secundarios, plantaciones y manglares hasta los 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Es una especie arbórea. De hecho, nunca se le ha capturado o visto a nivel de suelo.
Se mueve entre las ramas de árboles muy altos, en medio de las copas, generalmente de noche, cuando están más activos.
De hecho, duermen de día. Pueden descansar por largos periodos, casi sin moverse.
“Los mamíferos arbóreos y nocturnos, como este ratón espinoso, casi siempre están ausentes de los monitoreos de biodiversidad debido a la inaccesibilidad de su hábitat y la ausencia de trampas arbóreas que permitan capturarlos”, detallaron los autores en el artículo.
Se alimentan de frutas y hojas tiernas que encuentran en las copas de los árboles.
Sus camadas constan de una o dos crías y estas permanecen con su madre a lo largo de un año.