Como quien crece en un barrio y a la hora de buscar casa decide quedarse cerca de ese lugar, a los tiburones punta blanca y punta negra parece ocurrirles lo mismo con las bahías Chatham y Wafer, en Isla del Coco.
Así lo sospechan los investigadores de la organización Misión Tiburón y los guardas destacados en el Parque Nacional Isla del Coco (PNIC) tras monitorear a 220 tiburones, como parte de un estudio que ya cumplió su cuarto año de ejecución.
“Se sugiere que las aguas cristalinas y la cobertura coralina presentes en bahía Chatham son preferidas por los tiburones punta blanca de arrecife, mientras la desembocadura del río Genio y las aguas turbias de bahía Wafer son preferidas por los tiburones punta negra”, comentó Andrés López, uno de los investigadores de Misión Tiburón.
Sin embargo, los datos recolectados aún no son concluyentes. Por esa razón, los investigadores decidieron colocar marcas acústicas a 10 tiburones en diciembre del 2014.
Ya se recolectaron los primeros datos captados por los receptores acústicos, los cuales fueron instalados en ambas bahías.
“Es muy interesante la fidelidad que han presentado estos tiburones con el sitio de marcaje, debido a que ningún tiburón punta blanca o punta negra ha cruzado entre las bahías en este tiempo”, manifestó López.
Si bien aún es temprano para sacar conclusiones, Ilena Zanella –también investigadora de Misión Tiburón– consideró que los datos dan pistas sobre el uso que podrían estar haciendo estos peces del hábitat.
“Será necesario tener información de un periodo más largo y marcar a más individuos a fin de comenzar a entender el papel que juegan las bahías Chatham y Wafer en el ciclo de vida de la población del tiburón punta negra y punta blanca que habita en Isla del Coco”, acotó López.
Para Géiner Golfín, administrador del PNIC e investigador, entender el papel de los escualos permitirá comprender el ecosistema de arrecifes de la isla.
“Siendo los tiburones la base para la estructura y balance de la cadena alimentaria, estos ayudan a mantener el equilibrio de manera natural para las demás poblaciones de peces, crustáceos, moluscos y algas que interactúan con ellos, y aún más importante es que un lugar como Isla del Coco les proporcione las condiciones estables para su crecimiento y reproducción, partiendo de la situación crítica que enfrentan los tiburones alrededor del mundo”, destacó Golfín.
Estudio. La alianza entre Misión Tiburón y PNIC data de finales del 2010, cuando ocurrió la primera expedición de marcaje.
En total, se estudian cuatro especies de escualos: punta blanca de arrecife ( Triaenodon obesus ), punta negra ( Carcharhinus limbatus) , punta negra de arrecife ( Carcharhinus melanopterus ) y punta plateada ( Carcharhinus albimarginatus ).
La primera etapa del análisis, que constó de nueve expediciones, consistió en la colocación de marcas visuales y la realización de avistamientos subacuáticos.
Con una cuerda de mano, que tiene un anzuelo circular de 1,5 centímetros (cm) de diámetro y una carnada de calamar, se captura al escualo y se sube a cubierta, donde se le remueve el anzuelo, el cual fue previamente limado para minimizar el daño que pudiera causar.
Ya en el bote, los investigadores lo miden y pesan, ven si es macho o hembra y su estado de madurez sexual ( juvenil o adulto).
Luego le colocan una marca tipo flexi en la primera aleta dorsal. Estas marcas son plásticas, numeradas y de colores (se usa un color por sitio de marcaje).
Luego de colocar la marca, se le pone un antibiótico para evitar infecciones y se libera.
En cada sitio de marcaje se toman datos como coordenadas geográficas, hora de marcaje, profundidad, temperatura, fase lunar y salinidad.
Días después, en horas de la mañana o la tarde, los investigadores bucean en los mismos sitios para comprobar si los peces siguen ahí.
Para la segunda etapa, que emplea marcas acústicas, los investigadores cuentan con fondos de la Fundación Amigos de la Isla del Coco (Faico).
Se utiliza el mismo método de captura. La única diferencia es que al animal se le hace una pequeña incisión.
En cubierta, y con ayuda de un bisturí, se le hace una microcirugía en el abdomen para colocarle un transmisor de 3,3 cm (V13) o 6,3 cm (V16), según el tamaño del animal.
Cada transmisor o marca acústica cuesta $400 y posee una vida útil de entre 2,5 y 4 años.
Luego se le realizan dos puntadas. Además, se le aplica un antibiótico y desinflamatorio que le ayudará a cicatrizar.
Asimismo, se le coloca una marca flexi . “La marca convencional es importante en caso de recaptura, ya que se ve a simple vista”, recalcó Zanella.
Todo el proceso tarda a lo máximo dos minutos y luego se devuelven al agua.
Paralelamente, los investigadores instalaron receptores acústicos en ambas bahías. Estos consisten en cilindros de 30 cm de largo y 8 cm de diámetro, que captan la señal acústica que emiten las marcas. Cada receptor se encuentra a entre 15 y 25 metros de profundidad y capta la señal en un radio de 800 metros.
Esto quiere decir que si un tiburón pasa cerca, el receptor toma datos como el número del transmisor, la fecha y la hora, en intervalos de 75 segundos.
“La colocación de las marcas acústicas en estas especies permitiría que si algún especimen marcado se traslada hacia otra isla, como Malpelo (Colombia) o Galápagos (Ecuador), o hacia zonas costeras de Costa Rica, donde existen receptores, este sea detectado, lo que demuestra la conectividad entre Isla del Coco y otros lugares relevantes para la conservación”, se lee en un reciente informe del proyecto.
Importancia. La Isla del Coco es reconocida internacionalmente como la “isla de los tiburones” y este estudio permitirá identificar más a fondo a sus especies.
Para Golfín, la información que se derive del estudio sustentará decisiones de manejo, con el fin de que el área protegida cumpla con sus objetivos.
“Por medio de la participación de los guardaparques en la investigación se desarrolla el aprendizaje sobre el ciclo de vida de los tiburones, dicha acción lo que viene a dar como resultado es el fortalecimiento de la gestión y administración de los recursos marinos, en especial para la conservación de los tiburones”, dijo Golfín.
Además, las poblaciones de punta blanca y punta negra en el PNIC están entre las más saludables y prístinas en el mundo.
Por esa razón, los datos sobre abundancia, crecimiento y distribución servirán de referencia para evaluar el estado de salud de otros lugares.
Campaña en favor de la isla. Únase a la campaña “Todos a bordo” y ayude con su donativo a la compra de una lancha rápida que apoyará las labores de patrullaje de los guardaparques en este parque nacional.
Hay varias formas de donar. Por ejemplo, los usuarios del servicio celular Kölbi pueden enviar un mensaje con la palabra “barco” al código 7717 para donar ¢500, y al 7718, para colaborar con ¢1.000.
También pueden hacer su donación en las cajas de los supermercados AM/PM y Fresh Market.
Por último, se puede depositar el donativo en las cuentas bancarias habilitadas, tanto en colones como en dólares, en el Banco Nacional (BNCR), el Banco de Costa Rica (BCR), el Banco General, BAC San José y Scotiabank. Favor indicar el depósito con la palabra “barco”.
Esta campaña es impulsada por Asociación Costa Rica por Siempre (ACRXS) y Fundación de Amigos de la Isla del Coco (Faico), con apoyo de las empresas Kölbi, La Nación y Teletica, en beneficio del Área de Conservación Marina Isla del Coco (Acmic).