Si la presión de los extractores de oro y los cazadores ilegales persiste en el Parque Nacional Corcovado, ubicado en la península de Osa, Puntarenas, el país estaría frente a la extinción del chancho de monte.
De continuar con una presencia de 250 oreros en el parque –como la vivida en el 2013–, la población de chancho de monte tendría un 40% de probabilidad de extinguirse en los próximos cinco años y un 99% de probabilidad de hacerlo en un decenio.
Así lo reveló un estudio realizado por Christian Rivera, de la Universidad de Princeton (Estados Unidos), publicado en la revista Natural Resources .
Es más, y según detalló Rivera, existe un “umbral de extinción” aun con una presencia de 100 o 150 oreros. Esto, porque cazan a los chanchos de monte, aparte de extraer el mineral.
Actualmente, los guardaparques reportan que hay 400 oreros ejerciendo presión en el parque.
Análisis poblacional. El chancho de monte ( Tayassu pecari ) tiene una cabeza abultada y maciza, patas cortas y cola pequeña. Mide un metro de largo y tiene una altura promedio de 55 centímetros.
Su cuerpo es tosco y está cubierto de un pelaje grisáceo que se caracteriza por una mancha clara en la base de la boca o alrededor de los labios.
Es un animal diurno, que vive en manadas de 50 a 300 individuos. Habita en bosques tropicales húmedos –como el de Corcovado–, donde se alimenta de raíces, frutos caídos, hierbas e insectos que encuentra al raspar el suelo con su hocico.
Es considerado el “arquitecto del bosque”, ya que es dispersor de semillas.
Históricamente, y según Rivera, las poblaciones de chancho de monte se han reducido en 89%.
Es más, la Lista Roja de Especies Amenazadas , de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), catalogó a esta especie como vulnerable, ya que se ve afectada por la pérdida de hábitat y la cacería.
En su estudio, Rivera hizo un análisis de viabilidad poblacional con el software Vortex. Con ello simuló las tendencias poblacionales y las probabilidades de extinción bajo ocho escenarios de presión de caza.
Para hacerlo, se tomó como base una población de 250 chanchos de monte, que era el número existente a inicios del 2013.
“Corrí las simulaciones 1.000 veces para un periodo de 50 años, en orden de informar sobre estrategias de manejo para el futuro cercano”, destacó Rivera.
Oreros y cazadores. Rivera realizó su investigación durante la fiebre del oro vivida en el 2013 , cuando se registró un número de 250 oreros en el parque nacional. Estos construyeron túneles que provocaron erosión y su consecuente sedimentación, desviaron los cauces de los ríos y cazaron animales para subsistir durante las operaciones de extracción de oro.
“Los oreros que trabajan ilegalmente en Corcovado se organizan en grupos de 20 a 30 individuos y pasan tres semanas en el parque, cazando los animales que se les atraviesan, pero confiando en que dos chanchos de monte por grupo de oreros puedan sostenerlos durante ese tiempo”, detalló Rivera.
Los datos de Rivera coinciden con los derivados de la investigación realizada por Eduardo Carrillo y Joel Sáenz, de la Universidad Nacional (UNA).
Por más de 20 años, Carrillo y Sáenz utilizan las huellas de mamíferos de más de 2,5 kilogramos, para calcular el índice de abundancia en Corcovado.
El índice de abundancia muestra que las poblaciones de jaguares han venido decreciendo y eso está relacionado con la reducción en el número de chanchos de monte, principal fuente de alimento para este felino.
“Estas especies indican la salud del bosque. Los datos muestran que, cuando hay más guardaparques, la población de chanchos sube”, comentó Carrillo.
Rivera y Carrillo coincidieron en que se requiere más control y protección en el Parque Nacional Corcovado.