Como si fueran enormes bancos, los bosques maduros resguardan 1.605 millones de toneladas de carbono, lo cual representa el 54% del total nacional.
Así se desprende del Inventario Nacional Forestal (INF), realizado por el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) y el Programa Regional REDD /CCAD-GIZ.
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Las plantas, a través de la fotosíntesis, capturan el carbono y lo convierten en biomasa (hojas, tronco y raíces). Por esa razón se mide el diámetro de los troncos para así conocer cuanto carbono han secuestrado.
Los bosques maduros de Costa Rica poseen árboles cuyo tronco mide 50 centímetros o más de diámetro. Entre mayor sea su diámetro, más carbono han capturado y almacenado.
Los bosques secundarios le siguen con 639 millones de toneladas de carbono (22%).
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En conjunto, bosques maduros y secundarios resguardan el 76% del carbono en el país.
Los pastos arbolados almacenan el 21%, mientras que los bosques de palmas, manglares y plantaciones forestales contribuyen con 1% cada uno.
Potencial. Como la meta es ganar biomasa para crecer, los árboles más jóvenes son los que más carbono secuestran.
Por esa razón, y a la luz de los datos del INF, el ministro de Ambiente y Energía –Édgar Gutiérrez– considera que el país podría favorecer las plantaciones forestales porque estas están compuestas por especies de rápido crecimiento y el carbono almacenado permanece fijado en la madera, por lo que no se perdería.
Además se estaría incentivando una industria que, con un manejo sostenible, podría generar ingresos y empleo en comunidades económicamente deprimidas.
“Tenemos que trabajar fuerte en plantaciones forestales, pues representan apenas el 1% de la captura. No es posible que estemos usando madera importada cuando tenemos un gran potencial de producción”, expresó Gutiérrez.