El zoológico Simón Bolívar requiere ¢100 millones para cumplir con las obras contempladas en su plan maestro.
“Nuestra meta es que el parque esté terminado para la celebración del centenario, en julio del 2016”, comentó Yolanda Matamoros, presidenta de Fundación Pro Zoológicos (Fundazoo), entidad que administra este zoológico desde 1994.
Ya cuentan con ¢124 millones para financiar las mejoras en la laguna (incluida la construcción de un puente) y el recinto de los manigordos, obras que concluirán este año.
Sin embargo, faltan ¢100 millones para finalizar la remodelación de algunos espacios, entre esos el del león, y terminar de construir el centro de visitantes.
Eso sin contar el dinero necesario para la operación del parque –pagar planilla, medicamentos y alimentación de los animales y mantenimiento– que se obtienen del cobro de la entrada.
“El presupuesto de desarrollo (que financia las obras) depende solamente de donaciones”, explicó Matamoros.
Sin recursos. Fundazoo diseñó el plan maestro del zoológico con ayuda de un estudio de arquitectos estadounidenses y tomando en cuenta las recomendaciones dadas por expertos ticos.
“Ellos pidieron un centro urbano de educación para la conservación y eso fue lo que se diseñó”, dijo Matamoros.
El costo de las obras, en 1991, se estimó en $2 millones. La junta administrativa de Fundazoo se dedicó a recaudar fondos y, en 1994, comenzaron las construcciones. Sin embargo, ese año, el zoológico perdió las 14 plazas que le daba el Ministerio de Ambiente (Minae) como parte del convenio.
“Tuvimos que agarrar la plata que teníamos para las obras y con eso pagar el salario de los empleados”, comentó Matamoros.
Conforme conseguían dinero, las construcciones avanzaban. Sin embargo, la polémica que se desató en el 2014 ante la intención del Minae de no renovar el contrato administrativo a Fundazoo , impactó la visitación al parque.
“Implicó una reducción del 60% de los ingresos. Hasta setiembre fue que empezó a subir la visitación y terminamos el año con un 30%”, dijo Matamoros.
Asimismo, la presidenta de Fundazoo agregó: “Aunque tenemos separados los presupuestos de desarrollo y operación, tuvimos que agarrar de desarrollo porque los animales comen todos los días y la calidad del alimento no se les ha bajado nunca. También necesitan medicina preventiva y a diario nos llegan animales que debemos atender”.
En construcción. En 1994, lo primero que se construyó fue la clínica veterinaria y el área de nutrición animal, donde se preparan los alimentos según la especie y las necesidades de cada animal.
Luego vinieron las mejoras al inmueble administrativo (instalación eléctrica, tuberías y techo) y los aviarios.
“Cuando llegué aquí, todos los psitácidos (loros, pericos y lapas) estaban metidos en una sola jaula, lo que implicaba una gran mortalidad porque son animales muy territoriales y agresivos entre ellos”, dijo Matamoros.
Ya en el 2014 se construyeron dos ámbitos: uno para el jaguar y otro para el yaguarundí.
“Este año estamos trabajando en dos más y viene un arreglo del sendero de la entrada, donde está la laguna, allí está listo el recinto de la danta y ya se aprobó la construcción del puente”, manifestó Matamoros.
Una vez lista la laguna, allí se trasladarán los reptiles (tortugas, caimanes y cocodrilos).
En ese espacio que queda desocupado, iría el área de los monos carablanca, y en el que dejan los monos, se movería a los mapaches.
“Lo último que nos queda es el recinto del león, que será el más grande”, precisó Matamoros.
Eso en cuanto al zoológico Simón Bolívar. Sin embargo, Fundazoo tiene a cargo el Centro de Conservación de Santa Ana, que también requiere de mejoras.