Los accidentes de tránsito causaron el año pasado más muertes que los derrames cerebrales, los cuales, hasta el 2014, ocuparon el tercer lugar en mortalidad en el país, solo superados por los infartos agudos al miocardio y por los tumores de estómago (o cáncer gástrico).
Así lo revelaron datos difundidos recientemente por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Una combinación de alta velocidad, licor, drogas e imprudencias en busca de acortar tiempo, hacen que los accidentes sean más, y más violentos.
“En 1986 o 1987 yo podía atender de dos a tres accidentes al mes. Ahora, al día vemos de siete a ocho, de los cuales dos, si no son fatales, son muy graves. Lamentablemente, muchas víctimas son muy jóvenes, de unos 24 o 25 años”, comentó Roger Núñez, quien tiene cerca de 25 años de ser paramédico en la Cruz Roja.
Impacto en esperanza de vida. Pilar Ramos, coordinadora de Divulgación del INEC, comentó que, el hecho de que cada vez más niños y jóvenes mueran por causa de la violencia en carretera, tendrá impactos en la composición demográfica de Costa Rica.
Por poner un ejemplo, cuando en Costa Rica un niño nace, tiene una esperanza de vida de 78 años si es hombre y de 82 años si es mujer. Sin embargo, la edad promedio en que murieron los costarricenses en el 2015 fue de 66,9 años, una diferencia de 12 años.
“La esperanza de vida al nacer es una medida que toma las edades promedio de muerte de los cinco o 10 años más recientes. Si las cosas siguen así en las carreteras y seguimos viendo muertos cada vez más jóvenes, la esperanza de vida va a decaer en unos años, especialmente para los hombres, que son las principales víctimas de los accidentes”, enfatizó Ramos.
Para la funcionaria, esta situación no solo tiene impacto en la mortalidad o en la esperanza de vida. Otro factor es que gran cantidad de las víctimas en carretera fallecen a edades productivas, donde son parte de los generadores de ingresos para sus familias y para el país. Si las cosas no cambian o se agravan, a mediano o largo plazo, podrían afectarse la capacidad de compra de las familias e incluso los sistemas de pensiones, advierten los expertos.
¿Cómo evitarlo? De acuerdo con el paramédico Núñez, manejar a la defensiva es vital para quitarle el tercer lugar en mortalidad a los accidentes de tránsito.
Para él, esto se logra mediante cuatro factores: no manejar bajo los efectos del licor o de otras sustancias, mantener siempre el carril derecho sin adelantar donde no se debería, bajar la velocidad, respetando los límites establecidos, y siempre estar atentos a los movimientos del carro que se tiene adelante.
“Cuando uno maneja ambulancias o carros de rescate y va en busca de un paciente, uno ve que hay carros que se le pegan a uno. Una vez, por el puente Juan Pablo II (La Uruca), tuve que frenar de imprevisto porque había un carro varado, inmediatamente un carro me pegó por detrás. El conductor me reconoció que le había ganado lo ‘cabeza caliente’, pero esto pudo haberlo matado”, relató el paramédico al hablar de la imprudencia con la que el costarricense promedio conduce.