De la misma forma que un anoréxico se siente obeso aunque esté en la delgadez extrema, hay personas que aun cuando tengan su piel roja o muy oscura debido a la exposición constante al sol o a cámaras de bronceado, consideran que su color es blanco o pálido y hacen hasta lo imposible por exponerse más.
Lo que sufren se llama tanorexia, un mal que se ve más en personas entre los 18 y 25 años. Aún no se define como enfermedad oficial, pero la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) discute si reúne los criterios de un trastorno mental.
La semana anterior, un estudio del Instituto Nacional del Cáncer, en Estados Unidos, publicado en la revista American Journal of Health Behavior, señaló que las personas más propensas a esta condición son jóvenes con algún nivel de formación universitaria, de clase media y baja autoestima. El 28% de los participantes en el estudio entran en ese perfil.
En su mayoría, los tanoréxicos son mujeres, pero también se ven casos de hombres.
Como no está dentro de una lista oficial de enfermedades, no hay estudios anteriores que determinen cuántas personas sufren este mal, por lo que es difícil saber si el perfil ha cambiado o si los casos van en aumento.
Los motivos. Cada vez que usted se expone a los rayos solares o al calor del bronceado, su cuerpo genera endorfina, sustancia que se relaciona con el placer y la recompensa que le hace sentir bien.
Según los investigadores, la mayor parte de las personas logra manejar esta relación de radiación solar (o artificial)-recompensa, pero hay quienes sufren un desbalance químico cerebral que lo impide. El estudio consistió en ir a playas y salones de bronceado, entrevistar a 400 personas y tomar muestras de piel para ver el nivel de exposición a la radiación ultravioleta.
“Sí, hallamos personas dependientes del bronceado. También nos asustó ver que hay jóvenes de 17 años usando cámaras de bronceado”, indicó en un comunicado de prensa Tammy Knowles, una de las autoras.
Los riesgos de las cámaras de bronceado y de la exposición solar no son nuevos. En el 2009 , la Organización Mundial de la Salud (OMS) dictaminó estas cámaras como cancerígenas. En abril pasado, un análisis de estudios médicos confirmó que el color bronceado de la piel es señal de enfermedad.
“No existe manera segura de broncearse. No hay un nivel de corte para la cantidad segura de sol a ninguna edad”, comentó en ese entonces Alicia Lamb, una de las investigadoras.
“Es posible que exista una cantidad razonable de exposición al sol que cada individuo puede tener sin sufrir lesiones, pero no sabemos cuál, pues puede variar de acuerdo con el color de piel y con la genética”, agregó.
En Costa Rica no hay datos de cuántas personas se hallan en esta situación, pero la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) advirtió de que las más jóvenes son quienes más se exponen a los rayos solares.
Los médicos piden a la población estar pendiente de cambios en el comportamiento de los amantes del bronceado para que busquen no un dermatólogo y también apoyo psicológico.