Es común que se recete realizar ejercicio para tratar el insomnio. Sin embargo, pasar 45 minutos en la caminadora un día no se traducirá en un mejor sueño esa noche, asegura una nueva investigación de Northwestern Medicina.
Para la autora del estudio, Kelly Glazer Baron, los impactos del ejercicio en el sueño se verán a largo plazo.
Phyllis Zee, coautora del estudio, explica: "los pacientes con insomnio tienen un mayor nivel de actividad cerebral y se necesita tiempo para restablecer un nivel más normal que puede facilitar el sueño”.
"En lugar de medicamentos, que pueden inducir el sueño rápidamente, el ejercicio puede ser una manera saludable para mejorar el sueño, ya que podría abordar el problema de fondo", añade.
Este es el primer estudio a largo plazo que demuestra que, cuando la gente ya tiene problemas para dormir, el ejercicio aeróbico durante el día no se traduce en un sueño mejorado esa misma noche. La mayoría de los estudios previos sobre los efectos diarios del ejercicio en el sueño se ha hecho con personas que no padecen de insomnio, aseguran.
El estudio también mostró que dormir mal no cambia la capacidad aeróbica de las personas, pero sí, la percepción del esfuerzo realizado. "Se sienten más agotados”, dijo Baron en el sitio de la Universidad de Northwestern.
Así, el ejercicio y el sueño se afectan mutuamente en ambas direcciones: el ejercicio regular a largo plazo es bueno para dormir, pero la falta de sueño también puede conducir a una menor capacidad para hacer ejercicio porque la persona se siente fatigada.