Las vacunas no causan autismo en los niños, y el estudio del médico británico Andrew Wakefield que afirmaba que 12 menores sufrieron ese padecimiento tras ser vacunados contra sarampión, rubéola y paperas es un fraude.
Esta es la conclusión de una investigación cuya primera parte se publicó ayer en la revista
El estudio de Wakefield aseguraba que 12 niños sanos que recibieron la vacuna de sarampión, rubéola y paperas presentaron problemas neurológicos como autismo. De acuerdo con Wakefield, el llamado “timerosal”, una sustancia conservante (con base en mercurio), era la que causaba estos padecimientos.
Con su informe, publicado en febrero de 1998 por la revista
El nuevo reporte también subraya incongruencias y datos falsos en los expedientes de los pacientes “para hacerlos calzar con la hipótesis de Wakefield”. Además, “la mayoría de los niños participantes fue reclutado por campañas antivacunas”, dijo Deer.
El trabajo también apunta que Wakefield –quien fue despojado de su licencia médica el año pasado y está hoy bajo investigación judicial– “fue contactado para hacer un estudio que desacreditara las vacunas”. Un hombre llamado Richard Barr, quien buscaba demandar a las farmacéuticas, le ofreció 150 libras esterlinas ($230, unos ¢115.000) por hora.
Para el médico e investigador tico Adriano Arguedas, el estudio de Wakefield tuvo efectos serios. “La hipótesis era que, luego de la vacunación, se inflamaba el tubo digestivo y esto producía un intestino más poroso que permitía la absorción de sustancias tóxicas al sistema nervioso central y causaba el autismo. El estudio tuvo un efecto negativo, pues hubo padres que no vacunaron a sus hijos”, comentó.
El médico enfatizó que estas enfermedades pueden prevenirse con vacunación y así evitar complicaciones como la esterilidad masculina y daños en el cerebro –por paperas– , y neumonías mortales –debido al sarampión–.
Incluso, en febrero del año pasado la revista
No obstante, para el médico costarricense Agustín Páez, la controversia no acaba con la publicación de esta investigación, ya que no es la única que ha tocado el tema. “La investigación no presenta la posición de Wakefield. Además, la aceptación de las vacunas no va a darse solo porque sale este artículo. Organismos como la FDA y el CDC también tuvieron sus dudas, al punto de que no autorizan vacunas con timerosal para menores de tres años ni embarazadas”, dijo Páez.
“Aunque el artículo haya sido un fraude, no contesta la pregunta de si las vacunas son causantes de males neurológicos”, añadió.
Pese a los constantes intentos de la prensa internacional por contactar a Wakefield, no fue posible obtener su respuesta.
La revista