Desde 1992 la ley es clara: en Costa Rica no está permitido el ingreso de especies nativas o exóticas para su exhibición.
Sin embargo, el artículo 27 de la Ley de Conservación de Vida Silvestre, donde esto queda estipulado, no se cumple. Varios centros con fines de lucro han importado estos animales en los últimos años, y, a pesar de que les proveen las condiciones necesarias para su subsistencia, la práctica caería en lo ilegal.
"En el país hay 132 sitios de manejo registrados, pero sabemos que funcionan unos que no cumplen con los procedimientos ante el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac). El cambio, a partir de ahora, es aplicar y hacer cumplir la legislación, en un esfuerzo para retomar el tema de conservación de vida silvestre, que no se ha respetado hasta el momento", explicó la viceministra de Ambiente, Patricia Madrigal.
El debate cobró vida tras la muerte de Kivú, el león que permaneció durante 18 años en el Parque Zoológico Simón Bolívar y que falleció el pasado viernes 17 de febrero, víctima de una insuficiencia renal.
La moraleja de Kivú
El 5 de diciembre del 2016, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) trasladó a este felino al Centro de Rescate Animal Zoo Ave, en La Garita de Alajuela, por considerar que en el Bolívar no se le proporcionaban las condiciones que contribuyeran con su calidad de vida. Entre ellas, una jaula apta para un león de su condición (era un animal geriátrico y padecía artrosis en las rodillas).
LEA: León Kivú falleció por complicaciones en los riñones, confirmó el Minae.
Poco más de dos meses después, el felino pereció. En las últimas dos semanas, el animal había mermado el consumo de alimentos sólidos, la ingesta de líquidos y había perdido movilidad producto de la insuficiencia renal.
Kivú llegó al país en 1999, junto a su hermana Kariba, que falleció de cáncer en el 2011. Ambos, de meses de nacidos, fueron una donación del Zoológico de La Habana, Cuba.
La autoridades del Gobierno todavía no han decidido qué harán con el cuerpo de este felino.
Excepciones
En Costa Rica está permitida la entrada de especies para exhibición, únicamente, con fines de educación ambiental. Para esto, los centros de rescate deben cumplir con una serie de condiciones y haber obtenido el permiso respectivo del Minae.
También se hacen excepciones con animales abandonados que vengan a rehabilitarse; es decir, para salvarles la vida en un centro de rescate.
No obstante, no todos ingresan bajo esas condiciones, aseguró Madrigal.
"El artículo 27 prohíbe los circos y la importación de vida silvestre que haya formado parte de estos o de espectáculos públicos ambulantes, cuando la finalidad sea la exhibición pública de esos organismos. Puede ser que, por solidaridad, por compasión, se traiga un animal silvestre que haya sido abandonado por un circo, pero no podría exhibirse, y además, en ese caso, la importación requiere de la autorización del Estado", enfatizó Madrigal.
Según la jerarca, el tema de la no exhibición pretende respetar la dignidad de los animales.
El reto ahora es hacer cumplir la normativa, la cual, según la viceministra, se ha enfocado, sobre todo, en el tema de la conservación de los animales dentro de las áreas silvestres protegidas, y ha descuidado el de los especímenes que están fuera de su hábitat natural, como los leones y los tigres. Algo parecido sucede con algunos tipos de reptiles, como las serpientes.
En ese aspecto, el país trabaja en una nueva normativa para los centros de rescate y zoológicos, pues estaban operando con la reglamentación del 2005.
"Estos lugares deben tener un profesional autorizado, un regente, que es el que debe velar por las condiciones de los animales. También se establece la necesidad del plan de manejo de cada sitio. Además de eso, están los protocolos, que son los procedimientos detallados que se deben cumplir para el traslado de animales silvestres, para el uso de estos en los espacios donde se encuentren, etcétera", expresó.
Se trata de un reglamento de 220 artículos que, eventualmente, estaría listo en abril.
"Tener a un animal silvestre es una enorme responsabilidad. Debe garantizarse su bienestar y su condición. Si luego no los pueden cuidar, la responsabilidad debe asumirla el Estado, porque se trata de bienes de dominio público", puntualizó.
El caso de los tigres de bengala
En noviembre del 2016, Ponderosa Adventure Park, en Liberia, Guanacaste, anunció que traería a Costa Rica nueve tigres de bengala.
LEA: Nueve tigres de bengala vendrán a vivir a Costa Rica
Los especímenes, siete machos y dos hembras, formaban parte del elenco del Circo Hermanos Suárez, de México, y actualmente se encuentran varados en Nicaragua, a la espera de que el gobierno tico los deje entrar.
Consultada al respecto, la viceministra fue enfática en decir que Minae no ha dado el permiso para su ingreso.
"Yo no daría por cierto que esos tigres de bengala vengan. Hasta el momento, el Estado no lo ha autorizado", aseveró.
En contraposición, Mario Rojas, director de Ponderosa Adventure Park, aseguró que continúan con el trámite de traslado de los tigres, pues nadie les ha dicho que no tienen el permiso.
"Estamos a derecho. Tenemos autorización del Minae para operar con especies exóticas. Por algo, actualmente contamos con 289 animales exóticos en exhibición", confirmó.
Efrén Murillo, regente ambiental de este parque de aventura, dijo que no darán marcha atrás.
"No vamos a pagar los platos rotos de Kivú, ni pretendemos entrar en el juego político. Los tigres están jóvenes y saludables. Son animales que iban a ser sacrificados y existe la posibilidad de salvarles la vida, sobre todo porque se trata de una especie que está en peligro de extinción. Tenemos las condiciones de clima e infraestructura. Si la viceministra dice que no los deja entrar, deberá tener un respaldo jurídico para eso", expresó Murillo.
Según explicaron los representantes de Ponderosa Adventure Park, en este sitio conviven especies exóticas como jirafas, venados, cebras, dromedarios, ñúz, orix, wuatusis y nilgos en libertad controlada. Esto quiere decir que no están enjaulados, sino que se desplazan en terrenos amplios que asemejan su hábitat.