¿Cuáles son los aportes de esta investigación?
El cigarrillo es un veneno y está envenenando el corazón de los ticos. Lo peor es que la gente se deja envenenar; fuma porque quiere. Con el estudio se logró dibujar el impacto real que tiene el cigarrillo entre los costarricenses.
”El fumado es un problema de salud pública y hay que actuar para acabar con él”.
¿Qué es necesario para acabar con este problema?
Deben tenerse políticas nacionales para evitar el fumado. Es un factor de riesgo muy alto no solo de infarto, sino de muchos tipos de cáncer. Frenar esto debe ser prioridad.
”Esta investigación que hicimos da sustento para una ley antitabaco que debe ser muy rigurosa. Los no fumadores no tienen por qué sufrir este 23% más de riesgo de infarto que demostramos”.
¿Cómo ve la situación del proyecto de ley antitabaco?
Es un retraso para el país que todavía no tengamos esta ley. Con los indicadores de salud que tiene Costa Rica, uno esperaría una ley fuerte.
”El que las autoridades no aprueben la ley es apoyar a la industria tabacalera en contra de su propia población. El vicio no solo afecta al individuo, sino a la familia y a la sociedad.
”El infarto no siempre mata, pero sí le resta salud al individuo y significan gastos médicos que no deberían existir. La gente se está matando lentamente y hay que frenarlo”.
¿Cómo podemos nosotros evitar estas consecuencias?
Lo primero es no fumar del todo y pedirle a la gente alrededor de uno que no fume. Si usted fuma, deje de hacerlo; ya vimos que en cinco años sin cigarrillos su riesgo de infarto será igual que el de un no fumador.
”También es necesario que la voz de quienes no fuman se escuche para que la gente tenga los espacios libres de humo que merece”.