Una escena típica de muchas madres: su bebé llora y ellas se levantan para cargarlo y mecerlo constantemente, durante un rato.
Sin embargo, una vez que lo depositan nuevamente en la cuna, el bebé comienza a llorar otra vez. También sucede lo mismo si la mujer se sienta y sostiene a su bebé, es posible que el llanto solo ceda si ella se levanta nuevamente y lo mece.
Esto se da con mayor frecuencia durante los primeros seis meses de vida.
¿A qué se debe? Investigadores del Instituto Nacional de Neurociencia en Japón se dispusieron a averiguarlo.
Para ello, tomaron videos de 20 mujeres cargando a sus bebés luego de que estos lloraban y de ellas sentándose en una silla y abrazándolos para calmarlos.
Al analizar los resultados, los investigadores vieron que la forma en la que mejor se calmaban los bebés era cuando se les alzaba y se les mecía.
El reporte , publicado en la revista Current Biology , señaló que, durante el llanto, el ritmo cardíaco, circulatorio y de respiración de los bebés se alteró.
Sin embargo, el contacto que tuvo el niño con la madre a la hora de que esta se levanta y lo carga mientras camina, logró estabilizar estos parámetros, efecto que no se obtuvo cuando ella estaba en una mecedora sentada con su bebé.
“En muchas ocasiones, el llanto del bebé puede ser ocasionado por algún cambio de ritmo pasajero en su respiración o latidos del corazón, y aunque esto no representa peligro para su salud, el que la madre lo cargue regula nuevamente estas frecuencias”, explicó en un comunicado de prensa Kumi Kuroda, autor del estudio.
“Esto podría ser algún instinto de supervivencia”, agregó.
Paso a paso. Los investigadores esperaron a que los bebés lloraran y les pidieron a sus madres que se sentaran en una mecedora mientras los abrazaran durante 30 segundos, luego se levantaran, caminaran y los mecieran otros 30 segundos y finalmente los pusieran otra vez en su cuna durante el mismo tiempo.
Luego se les pidió repetir la rutina dos veces.
Así, los científicos vieron que era más beneficioso para frenar el llanto el que la madre los meciera de pie mientras caminaba.
¿A qué se debe la mejoría con el cambio de postura? Al parecer esto se debe al recuerdo de la postura que se tuvo en el vientre materno.
“Estudios anteriores han visto que cuando la madre está en estado de reposo el bebé se mueve más, pero cuando la madre camina o se mantiene activa, el feto se relaja”, cita el informe.
Este no es el primer estudio que habla sobre el valor de que una madre alce o abrace a su hijo.
Una investigación de la Universidad de Míchigan en Estados Unidos señaló en 2011 que un abrazo de la madre en personas entre los 10 y los 25 años de edad logró estabilizar la circulación sanguínea y el ritmo cardíaco.