Es el cáncer más común y mortal entre los hombres costarricenses y las cifras siguen en aumento. Datos del Informe Globocan, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dicen que en Costa Rica, entre 1995 y el 2012, los casos de cáncer de próstata aumentaron un 77% y la mortalidad, un 21%.
Es un tumor que tiene como principales aliados los mitos, el machismo y el temor de los hombres a asistir al médico. Más difícil se hace luchar contra este mal pues la forma más efectiva de detección se compone de varios exámenes: uno de sangre, un ultrasonido y un tacto rectal.
Homenaje. Los hermanos Óscar y Jorge Chavarría conocen de cerca el tema, ya que su padre murió por esta causa. Eso los motivó a crear la Asociación pro Prevención y Lucha Contra el Cáncer de Próstata (Aprecap).
Durante los últimos tres años se han dedicado a organizar charlas con urólogos y a brindar apoyo a los hombres que deben someterse a una biopsia o requieren apoyo psicológico pues ya se les diagnosticó cáncer.
Los Chavarría aseguran que todos los mitos que rodean la revisión médica de los hombres, especialmente en una zona tan íntima como la próstata, los mantienen alejados de la consulta. El problema es que le huyen a una condición que, cuando ya da síntomas, suele ser demasiado tarde.
“En estos tres años, hemos visto que la posición masculina es muy de mitos. Si somos quitados para el médico, con esto, con más razón. Hemos visto que muchas veces son las mujeres las que empujan al hombre a la consulta; por eso, todas nuestras actividades son abiertas para las mujeres”, comentó Óscar.
“Debemos ser conscientes de que el cáncer en esta zona es muy silencioso y, si uno no se preocupa por una detección temprana, el cáncer se pasa a otras partes del cuerpo y ahí es más difícil un tratamiento”, subrayó.
Su hermano Jorge añadió: “Por eso vamos a empresas, escuelas, colegios, iglesias y donde se nos invite a hablar. Si dejamos los mitos, será más fácil atender la enfermedad”.
Impacto. Gonzalo Azúa, especialista en cáncer de próstata de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), coincide en que un hallazgo tardío, provocado en ocasiones por el miedo o el machismo, es el principal enemigo de la salud del hombre.
“Si la detección es tardía, normalmente solo se ofrece tratamiento paliativo. Esto no quiere decir que la persona vaya a morir pronto, pero sí que no puede hacerse mucho por curar la enfermedad y que las terapias solo se enfocan en reducir dolor y mejorar alimentación y emociones”, concluyó el especialista.