La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una serie de directrices en las que recomienda tanto a adultos como a niños reducir la ingesta de azúcar a menos del 10% del total de calorías que consumen por día.
Según esta organización, sus nuevas recomendaciones se sustentan en los efectos negativos comprobados que tienen los llamados “azúcares libres” para la salud humana.
Este término incluye todos aquellos azúcares que le añadimos, por ejemplo, al café o a los refrescos, así como el que contienen los alimentos procesados. También se cuentan aquí los azúcares presentes en forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta.
“El azúcar no es un nutriente esencial y hay evidencia sólida que demuestra que puede ser perjudicial pues contribuye al sobrepeso, la obesidad y la caries dental”, declaró Enrique Jacoby, asesor en alimentación sana y vida activa de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Un criterio similar al de Jacoby manifestó la nutricionista costarricense Marcela Dumani.
“El exceso de consumo de azúcar está relacionado con obesidad, elevación de triglicéridos, porcentaje corporal de grasa alto, enfermedad cardiovascular y diabetes. En los niños, puede agravar el comportamiento hiperactivo y puede llevarlos a tener carencias nutricionales porque suplen la energía con azúcar (calorías vacías, alimentos poco nutritivos) y pierden el interés por otros alimentos que realmente les nutren”, explicó.
Según una investigación realizada por la Escuela de Nutrición y el Instituto de Investigaciones en Salud, ambos pertenecientes a la Universidad de Costa Rica (UCR), lo escolares ticos entre los 6 y 11 años poseen 29,1% de grasa en sus cuerpos, un porcentaje bastante elevado.
Otro estudio publicado recientemente en The Lancet Global Health analizó los patrones de consumo de alimentos saludables y dañinos en 187 países y colocó a Costa Rica en el lugar número 11 en cuanto a consumo de bebidas azucaradas.
¿Cuánto consumir? Según explicó Dumani, el 10% que sugiere la OMS se refiere al porcentaje de energía proveniente de azúcares libres en relación con el total de calorías que requiere una persona. “Esa cantidad de entre 6 a 10 cucharaditas por día propuesta por la OMS (que traducidas en calorías serían entre 120 y 200 calorías) es para una persona cuya dieta debe ser de un total de unas 2.000 calorías”, aclaró Dumani.
El hecho de que una persona practique una intensa actividad física tampoco la dispensa de consumir altas cantidades de azúcar. “Aunque una persona haga mucho ejercicio, si come o toma una concentración alta de azúcar en un momento determinado, se favorece en el organismo la producción de insulina y, por lo tanto, el azúcar no se utiliza como energía inmediata, sino que se almacena en forma de grasa”, advirtió la nutricionista.
La experta declaró que e l azúcar moreno, la tapa de dulce y la miel de abeja son altas en calorías al igual que los azúcares refinados. Otros alimentos procesados también esconden grandes cantidades de azúcar. Por ejemplo, una cucharada de kétchup contiene alrededor de 4 gramos (cerca de una cucharadita) de azúcares libres y una lata de refresco endulzado con azúcar tiene hasta 40 gramos (10 cucharaditas).