Es una de las epidemias más peligrosas del mundo: en el planeta, cerca de 42 millones de niños menores de 5 años tienen sobrepeso y 35 millones de ellos viven en países en vías de desarrollo.
A estos hay que sumar otros millones de menores con edades entre 7 y 12 años que también se hallan en esta situación, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Dichas cifras van en aumento y Costa Rica no es la excepción: el 8,1% de los menores de 5 años y el 21,4% de los escolares entre 5 y 12 años tienen sobrepeso, según datos de la Encuesta Nacional de Nutrición .
Los especialistas ven dos causas primordiales: un cambio en la alimentación que incluye cada vez más grasas y azúcares procesadas y menos frutas y verduras, y la falta de actividad física.
“A diferencia de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una capacidad limitada para comprender las consecuencias de largo plazo de su comportamiento”, comentó, en un comunicado de prensa, Margaret Chang, directora general de la OMS.
Nueva guía. Con este fin, la OMS sacó una guía contra el sobrepeso y la obesidad infantil, dirigida a mejorar el consumo de alimentos sanos y a bajar el impacto de las grasas saturadas.
“Si no se combate, la mala alimentación aumenta las enfermedades crónicas: presión arterial, glucemia, alteraciones de lípidos y sobrepeso u obesidad. Aunque las muertes por males crónicos se dan principalmente en la edad adulta, los riesgos asociados con las dietas malsanas comienzan en la niñez y se acumulan a lo largo de la vida”, cita el documento.
Riesgos. Para la nutricionista costarricense Marlen Montoya, un problema es que los padres no asumen la responsabilidad de la alimentación de sus hijos. “Muchos los mandan a la escuela sin desayunar, cuando eso es vital para el desarrollo intelectual. Además, si les llenamos la lonchera con ‘paquetitos’, se les podrá quitar el hambre, pero no estarán recibiendo buenos nutrientes y más bien podrían estarse perjudicando”, aseveró.
¿Qué hacer? Los especialistas aseguran que primero es necesario tomar en cuenta que un niño come de manera muy diferente a un adulto y que no se le puede dar la misma cantidad de comida.
Por otro lado, debe incentivarse el consumo de frutas, verduras y ensaladas, y buscar que cada vez sea menor el consumo de frituras y azúcares procesados.
“No se trata de satanizar una comida, sino de fomentar la dieta sana. El ejemplo deben tenerlo en casa”, aseguró Montoya.
Más allá del esfuerzo en el hogar, la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Ministerio de Salud y el Ministerio de Educación Pública (MEP) anunciaron el martes un nuevo instrumento para medir el peso en estudiantes de preescolar, escuela y colegio.
“Es urgente atender el estado nutricional de nuestros niños y adolescentes.
”Hay que actuar o formaremos en nuestros centros educativos a futuros pacientes crónicos”, dijo María del Rocío Sáenz, presidenta ejecutiva de la CCSS.