El oído y el olfato son las formas ideales para estimular el desarrollo mental y físico de un niño desde el vientre de su madre.
Así lo determinan investigaciones del pediatra Berry Brazelton, especialista estadounidense en neurodesarrollo infantil y motivación de la memoria que está de visita en el país.
“Son los sentidos que se desarrollan primero y que estimulan más rápido la actividad cerebral. Los fetos distinguen vibraciones desde el principio de su formación. Ya para los cinco meses de gestación, reconocen la voz de su mamá y responden a ella. Para los siete meses, ya diferencian la voz del papá. Lo mismo sucede con el olfato, hay ciertos olores que se le hacen familiares al bebé desde el vientre”, añadió Brazelton.
El especialista agrega que la vista y el tacto, sentidos por los que los padres de familia comienzan a estimular a sus hijos, se desarrollan después del nacimiento. La vista comienza a desarrollarse a los cuatro meses.
Sentidos mágicos. Oír y oler son habilidades que el feto ya trae, y, por ello, la estimulación temprana y el desarrollo mental de un bebé es más eficaz si se busca con métodos sencillos y sin necesidad de tarjetas de colores o videos.
El amor, la cercanía y la interacción entre padres y bebé desde el momento en que está en el vientre son hasta un 400% más eficientes que los nuevos métodos tecnológicos que se comercializan como motivadores de la estimulación temprana.
“Muchos padres de familia gastan muchísimo dinero en comprar videos, juegos de memoria y hasta gimnasios móviles para estimular a sus hijos, cuando la efectividad de esos métodos no está probada científicamente. La mejor estimulación es amarlos, hablarles, tener contacto físico con ellos y acompañarlos. Eso va a hacer que los niños se sientan más seguros y desarrollen más la inteligencia”, comentó Brazelton.
“Si una mujer embarazada lee en voz alta el mismo cuento infantil o la misma canción de cuna todos los días, el pequeño lo reconocerá al momento de nacer”, afirmó Joshua Sparrow, neurodesarrollista que trabaja con Brazelton.
“Si se interactúa con el niño desde el vientre, el recién nacido no será una tabla en blanco con respuestas reflejas; ya será capaz de responder a los estímulos de sus padres, porque ya los conoce”, agregó el investigador.
Desarrollo en Costa Rica. Brazelton y su equipo ven en nuestro país una mayor oportunidad para que los niños se desarrollen más rápidamente que en otros países.
“El sistema de salud de Costa Rica se preocupa por darle seguimiento a la salud de cada niño desde el nacimiento, esto hace que el desarrollo mental sea más rápido”, señaló Brazelton.
“La lactancia materna y la buena educación de la madre ayudan al niño a desarrollar su inteligencia, al punto de que tenga sus sentidos desarrollados y su mente activa cuando llega a preescolar”, dijo Patricia Jiménez, jefa de la Unidad de Desarrollo del Hospital de Niños.
El Hospital planea la creación de un centro nacional de neurodesarrollo infantil, donde niños, educadores, padres y pediatras trabajen juntos para desarollar las habilidades del menor.