Cuando se habla de la importancia del ejercicio, usualmente se enumeran sus beneficios para la salud cardíaca y la prevención de la obesidad, la hipertensión y la diabetes.
Sin embargo, cuando se trata de adultos mayores, existe una razón mayor para no quedarse sentado durante mucho tiempo: las células envejecen con mayor velocidad cuando la persona no se levanta y se mueve.
Así lo señala un estudio de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, EE. UU. El reporte tomó en cuenta 1.500 personas de entre 64 y 95 años.
Los participantes llenaron varios cuestionarios acerca de su estilo de vida y utilizaron un dispositivo adherido a su cuerpo, el cual midió su actividad física durante siete días.
Los científicos hallaron que quienes pasaban sentados más de 10 horas al día y hacían menos de 40 minutos de actividad física al día tenían unos telómeros más cortos. Los telómeros son la parte final de las cadenas de ADN que protegen a los cromosomas del deterioro y evitan un envejecimiento celular acelerado.
“La edad cronológica no siempre corresponde con la edad biológica. Quienes hacían menos ejercicio tenían células con características de las de una persona mucho más vieja que ellos, y quienes hacían aún más de la actividad física recomendada (30 minutos al día) tenían células con características de las de alguien menor”, manifestó en un comunicado de prensa Aladdin Shadyab, autor principal del reporte.
Shadyab y su equipo consideran que el ejercicio es algo que debe incentivarse desde la niñez, pues a edades mayores es más difícil de adquirirse.
“El ejercicio debe comenzar cuando somos jóvenes y continuar a medida que envejecemos, incluso a los 80 años”, asegura el documento.
El informe se publicó en la revista American Journal of Epidemiology .