Su personalidad dista mucho de la timidez y las pocas palabras. Con una sonrisa amplia y una voz clara y rápida, Mirna Román, indígena ngöbe de La Casona, Coto Brus, cuenta cómo alcanzó su sueño de graduarse enMedicina.
“Se me hace increíble, pero ya hace dos meses volví a Costa Rica y estoy estudiando para equiparar mi título con el Colegio de Médicos”, asegura esta mujer de 28 años, quien dice tener ya varios sueños realizados, pero advierte de que le faltan más por cumplir.
Pablo Ortiz, médico director del Área de Salud de Coto Brus, se dice un admirador de su temple:
“Es la primera mujer ngöbe con un título de ese tipo; yo la pongo como ejemplo para las mujeres de su comunidad”, aseguró.
Ayer, el empeño de esta muchacha amante de la lectura y de jugar fútbol la llevó a una conferencia de prensa para dar su testimonio, algo que jamás imaginó.
La Nación habló con ella.Esta es parte de la conversación.
¿Cómo nace el sueño de estudiar Medicina?
Desde muy niña me gustaba la Medicina. Cada vez que alguien se enfermaba, veía a mi mamá agarrar plantas para curar dolor de cabeza, diarrea o fiebre, eso me emocionaba, pero cuando veía a un doctor llegar a la comunidad, yo pensaba: ‘quiero hacer eso’.
¿Cómo fue el camino?
Fue muy largo y sí, muy difícil. Cuando terminé la escuela le dije a mi mamá que quería ir al colegio y ella me dijo que no tenía plata. Somos pobres, mi papá se murió cuando yo tenía cuatro años y nosotros somos ocho (siete hermanas y un hermano). Pero no me rendí, le dije que igual iba a estudiar y eso hice”.
¿Cómo fue el colegio?
Muy duro, estudié en Ciudad Neily y tenía que levantarme en la madrugada para caminar por tres horas para agarrar bus. Pero no es imposible, me gradué y me sentí muy orgullosa”.
¿Cómo llega la oportunidad de la Universidad?
Yo no comencé estudiando Medicina, estudié Educación durante dos años. Cuando estaba en el colegio me hicieron una entrevista y no sé por qué dije que quería estudiar Educación; me gané una beca para estudiar Educación.
”La Educación me gustaba, pero no me llenaba tanto, yo quería estudiar Medicina, y tenía que buscar cómo hacerlo”.
¿Y cómo llega la oportunidad?
”Mi hermano mayor es dirigente indígena, y una vez estuvo en una reunión en la que escuchó que iban a dar becas para estudiar Medicina en Cuba, entonces me llamó.
”Yo fui a una entrevista, pero ya tenían llenos los tres cupos para las becas, pero al final resultó que uno de los muchachos no se presentó y me dieron la beca a mí”.
¿Cómo fue mudarse a Cuba? ¿Tuvo algún tipo de temor?
Fue más curiosidad que temor. Nunca me había montado en un avión y no conocía otro país, así que me daba una curiosidad muy grande saber cómo era. Tuve algo de miedo cuando llegué allá y no conocía a nadie y todo era muy diferente, pero ya tenía un zapato puesto y tenía que seguir”.
¿Cuáles son sus planes ahora?
Prepararme para equiparar mi título, sé que muchas personas tienen problema con el título de Cuba, pero yo voy a prepararme para el examen del Colegio de Médicos. Por ahora estoy de asistente en el Ebáis y eso me gusta mucho”.
¿Cómo se ve en cinco años?
Con proyectos cumplidos y más sueños por cumplir. Quiero llevar salud a todos en mi comunidad, aunque vivan muy lejos.
”Muchos amigos no creían que yo podría ser doctora porque creen que un indígena no podía lograrlo. Yo les pruebo que eso no es cierto”.
Al finalizar la entrevista, Ileana Balmaceda, presidenta ejecutiva de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) y María Eugenia Villalta, gerente médica de la institución, se reunieron con la joven, quienes señalaron que hablarían con el Colegio de Médicos y expondrían el caso de la joven.
“Ella sabe también de medicina indígena y habla el idioma ngöbe, la necesitamos”, afirmó Balmaceda.
Y le expresó a la joven: “en cuanto tenga la aprobación del título, usted tiene su plaza asegurada en Coto Brus”.