Ocho de cada 10 costarricenses mueren víctimas de enfermedades crónicas, entre las que destacan infartos, cáncer, diabetes, hipertensión y obesidad.
Estos males podrían evitarse o retrasar su aparición si las personas no fumaran, comieran menos grasas y frituras y más frutas y verduras, hicieran actividad física y durmieran mejor.
Aún más, Costa Rica es el país de América Central donde más muertes se dan por este tipo de enfermedades (83%), seguido de Panamá con un 70%.
La campanada la dio por segunda vez en los últimos tres años la Organización Mundial de la Salud (OMS), que presentó el jueves el segundo informe “Perfiles de países en enfermedades no transmisibles”, en que registra las muertes por estos padecimientos en 178 países y lo que cada nación hace para contrarrestarlos.
En el 2011, el primer informe constató que el 81% de los nacionales moría de estos males. El aumento es solo de dos puntos porcentuales, pero denota que las medidas de salud pública para fomentar la alimentación sana y la actividad física no han surtido el efecto deseado.
“Tanto para hombres como para mujeres, la obesidad va en aumento. Comidas rápidas, sodas donde se sirven altas cantidades de grasas y carbohidratos, y opciones de comida sana más caras pasan factura”, comentó el nutricionista José Pablo Valverde.
“A esto se le suma el que no hacemos actividad física necesaria para estar sanos”, añadió.
Este reporte no es el único que señala este problema. Hace menos de dos meses, la propia OMS indicó que las mujeres ticas están entre las que más sobrepeso tienen en el mundo.
Lo más grave es que la obesidad y el sobrepeso son la antesala de estos males crónicos.
Lo bueno. Las altas tasas de muerte por males crónicos no son completamente malas noticias.
El informe recalca que este tipo de enfermedades son las principales causas de muerte en países en los que el sistema de salud es eficaz y ya no permite que la gente muera de virus, diarreas o gripes.
Incluso, en Costa Rica la mayor parte de las muertes se da en mayores de 70 años; el riesgo de morir de una enfermedad crónica antes de los 70 es de solo el 12%, cifra más baja en América Central.
Para Cecilia Monge, médica internista y especialista en salud pública, sí hay un problema con las muertes prematuras.
“Las muertes prematuras han tenido una tendencia al aumento desde 2006; estamos llegando a niveles de 4.000 muertes al año en hombres y 2.000 en mujeres. No estamos para nada bien, y como país debemos actuar”, recalcó Monge.
Lo que falta. La OMS reconoce que aquí hay terapias adecuadas para tratar los males crónicos y para darles seguimiento. Sin embargo, aún falta mucho en cuanto a la prevención y la atención.
El documento dice que no hay una unidad específica en Ministerio de Salud para control y estudio de tales enfermedades.
También señala que no hay una estrategia multisectorial para disminuir su impacto.
Para María Ethel Trejos, directora de Vigilancia de la Salud del Ministerio, el país sí cuenta con programas integrados en diferentes aspectos.
Entre ellos, agregó, existe un plan de actividad física, uno para reducir el consumo de sal y otro para mejorar la alimentación y la actividad física entre jóvenes.
“Lo que pasa es que la OMS envía un cuestionario de ‘sí o no’; no da oportunidad de explicar que los programas aquí se hacen diferente, pero estamos trabajando en cada factor de riesgo y en reducir las muertes prematuras en un 17% para 2020 y así llegar al 25% en el 2025”, concluyó Trejos.