La anorexia nerviosa provoca alteraciones en el ADN, y, entre mayor sea el tiempo que una persona padezca este trastorno de alimentación, mayores serán los daños causados.
Esta es la conclusión de una investigación del Programa de Desórdenes Alimentarios del Instituto Douglas de Salud Mental en Montreal, Canadá.
El estudio, publicado en la revista International Journal of Eating Disorders , explora por primera vez los daños genéticos que este padecimiento ocasiona.
La anorexia es un trastorno que se caracteriza por un miedo patológico a engordar, una imagen distorsionada del cuerpo y dietas excesivas que llevan a pérdida desmesurada de peso. Esto puede llevar al cuerpo a no tener las energías necesarias para llevar a cabo actividades cotidianas, lo que a su vez podría desencadenar en la muerte.
Con esta investigación, los científicos apuntan a otra razón por la cual el padecimiento debe atenderse cuanto antes: los daños genéticos que conlleva.
¿Qué sucede? Los científicos describen un proceso llamado metilación del ADN. Se trata de un proceso químico que va provocando que se “apague” la expresión de un gen que está “bueno”.
Cuando la metilación se da de una forma alterada, la expresión genética también se altera, y esta expresión es controlada por genes que cambian.
Los investigadores detectaron que cuando una persona se priva tanto de su alimentación, se produce metilación en los genes relacionados con ansiedad, comportamiento social, varias funciones del sistema nervioso y del cerebro y el funcionamiento de órganos, especialmente del sistema digestivo y circulatorio.
“La anorexia nerviosa representa efectos biológicos reales por acciones de personas que están ‘esclavizadas’ en dietas sumamente restrictivas”, comentó en un comunicado de prensa Howard Steiger, coordinador del estudio canadiense.
“Como sabemos, cuando se establece un desorden alimentario, este tiende a hacerse cada vez más agresivo (con el tiempo), por ello la persona debe obtener ayuda médica, psicológica y nutricional cuanto antes en el proceso”, concluyó el científico.