Sí, existe un autoexamen masculino también.
Cuando se pronuncia la palabra “autoexamen”, la mente remite, inmediatamente, a la revisión de mamas que las mujeres realizan mes a mes para detectar anomalías en los bustos.
Pocos piensan que, así como las mujeres deben examinarse las partes sexuales para descartar o detectar a tiempo tumores, los hombres, igualmente, deben analizar sus testículos, al menos, una vez al mes.
De esta forma, el varón podría descubrir de forma temprana si padece cáncer de testículo, el más común en hombres costarricenses entre los 15 y 35 años; es decir, el 22,1% de la población masculina joven.
La mayoría de quienes lo padecen tienen entre 25 y 29 años, según datos del Registro Nacional de Tumores.
Cerca de 75 casos son detectados cada año. En el 2013, 11 hombres murieron por esta causa.
Por lo general, con el cáncer de testículo sucede lo mismo que con el de mama: son las parejas quienes descubren el tumor y tampoco escapa a otras edades.
“Supe que tenía cáncer de testículo a los 21 años porque detecté algo diferente en mi testículo derecho, pero no todos los hombres tienen esa costumbre”, comentó Matt Ferstler, estadounidense que estuvo el mes pasado en Costa Rica para dar su mensaje.
“Conózcanse, tóquense. Eso puede salvarles la vida”, aconseja este sobreviviente.
Paso a paso. Para el urólogo José Ardón es importante que el examen se efectúe de forma constante, mes a mes.
“De no hacerse todos los meses, el hombre no va a conocer cómo son sus testículos y no va a detectar ni cambios ni anormalidades”, aseveró el especialista.
Ardón señaló que lo ideal es visitar, primero, a un médico para que este haga una revisión profesional y explique qué es normal y en qué debe fijarse la persona para identificar las alteraciones en sus partes sexuales.
El mejor momento para autoexaminarse es mientras se está en la ducha o justo al salir de esta, pues el escroto –piel que recubre los testículos– está más relajada y esto facilita la exploración.
Debe revisarse un testículo a la vez. Hacer presión en ellos y luego girarlos.
Recuerde que es normal tener un testículo más grande que el otro. También lo es que uno cuelgue más abajo que el otro.
En la parte superior de cada testículo, va a sentir el llamado epidídimo, o canal que transporta los espermatozoides. Es posible que esa zona duela un poco al presionar.
Busque algo diferente: bultos, verrugas, texturas diferentes. Existen tumores del tamaño de un grano de arroz.
También es importante revisarlos ante un espejo, pues hay cambios que tal vez no se sienten, pero sí se ven.
Si nota bultos, hinchazón, cambio de color o dolor, consulte al médico. No necesariamente es señal de cáncer, pero es mejor que vea a un profesional.
“Hay quistes que aparecen por fuera del testículo, en el escroto. De esos, el 95% son benignos, y nada pasa. Si aparecen masas dentro del testículo, ahí sí hay que tener más cuidado porque el 90% puede ser cáncer”, manifestó Ardón.
Si siente dolor en la parte inferior del abdomen o la ingle, o pesadez en el escroto, pregúntele a un médico; sería señal de la existencia de un tumor.
“Si se detecta a tiempo, es un cáncer fácil de tratar”, aseguró el urólogo.