Unos 15 minutos de ejercicio cardiovascular ayudan a que la memoria de los adultos mayores se fortalezca desde la primera sesión.
Esto es válido tanto para quienes tienen buena salud mental como para quienes ya tienen algún tipo de deterioro cognitivo.
Esta es la conclusión de un estudio realizado por el Centro de Neurobiología en Aprendizaje y Memoria en Irvine, California, EE. UU.
Para ello, los investigadores tomaron a 100 adultos entre los 60 y los 85 años de edad. A todos se les mostraron fotografías e imágenes de naturaleza y animales.
Posteriormente, la mitad de los participantes se ejercitó entre 6 y 25 minutos en una bicicleta estacionaria a un 70% de su ritmo cardíaco máximo.
Luego, se les mostró a todos los sujetos una serie mayor de imágenes y se les pidió que identificaran cuáles imágenes se les habían mostrado antes y cuáles no.
Quienes hicieron ejercicio, tenían mejor memoria que quienes no, independientemente de si ya tenían problemas de memoria o no. Los que hicieron 15 minutos o más mostraron mejores resultados.
“Una sola y pequeña sesión de ejercicio moderado mejora la memoria”, explicó, en un comunicado de prensa, Sabrina Segal, una de las investigadoras.
Las razones. ¿A qué se debe que el ejercicio mejore la memoria? Los investigadores suponen que esto se debe a una sustancia llamada norpinefina, que se libera cuando se realiza actividad física. Esta sustancia es una “mensajera química” en el cerebro y también juega un rol en la modulación de la memoria.
Por otra parte, también se vio que durante el ejercicio aumentó un biomarcador relacionado con la acción de la norpinefina. El incremento de este biomarcador fue mayor en las personas con algún tipo de problema de memoria.
“Estos hallazgos nos dan un alternativa para tratar estos problemas sin necesidad de recurrir a medicamentos”, comentó Segal.
El deterioro cognitivo y las demencias (como el alzhéimer) son males cada vez más comunes en Costa Rica. Solo la Clínica de la Memoria –que funciona en el Hospital Nacional de Geriatría– asegura que en los últimos cuatro años atendió a más de 1.900 adultos mayores con problemas de memoria.
De ellos, el 15% presentaba un trastorno llamado deterioro cognitivo leve, en el que el olvido es leve y pasajero; el 50% ya registraba alzhéimer y un 35% tenía demencia vascular, trastorno causado por bloqueos en el paso de sangre hacia el cerebro, que les hace perder la memoria paulatinamente.