Christiana Figueres es menuda, como muchas mujeres costarricenses, sonriente, entusiasta y abierta al diálogo, así como enérgica a la hora de defender posiciones y pedirles cuentas a los países sobre los esfuerzos que realizan contra el cambio climático.
Vuelve a ver si escucha entre la multitud un “pura vida” y no escatima en usar costarriqueñismos cuando necesita explicar conceptos complejos como mitigación y adaptación.
Esta es una breve descripción de la costarricense, designada por la revista científica Nature como personaje del año, junto a nueve científicos mundiales destacados en astronomía, genética, ingeniería y nuevos materiales.
Figueres encabeza la Secretaría Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático y hace una semana, al lado del Gobierno francés, logró que 195 países se comprometieran a reducir sus emisiones de carbono para evitar que la temperatura del planeta se incremente en dos grados Celsius.
“Figueres usó todas sus destrezas políticas para dirigir a los Gobiernos hacia un acuerdo en París. Su origen, enraizado en una nación en desarrollo como Costa Rica, le ayudó a construir un puente entre ricos y pobres”, se lee en el artículo de Nature .
De hecho, la revista científica destacó la cumbre del clima celebrada en Le Bourget (Francia) y la consecución del Acuerdo de París como el evento científico y político que marcó este 2015.
Para Jean-Baptiste Chauvin, embajador francés en Costa Rica, este acuerdo es histórico por su carácter voluntario y universal, pero diferenciado en cuanto a que cada país aporta según su realidad. Además, se tiene la posibilidad de reajustar las metas nacionales cada cinco años para que sean más ambiciosas.
El diplomático destacó que este proceso de negociación fue incluyente, al punto de que la ciudadanía y las empresas pudieron participar en el proceso.
“La huella de Christiana Figueres se ve en la numerosa participación de ciudades y empresas en París”, dijo David Waskow, director de la Iniciativa Internacional Climática del Instituto de Recursos Mundiales a Nature .
“Me llena de orgullo que una costarricense se destaque en una negociación que establece un antes y un después en la historia mundial”, comentó el ministro de Ambiente y Energía, Édgar Gutiérrez a La Nación .
Junto con Figueres, fueron reconocidos el genetista y “editor de embriones” Junjiu Huang (Japón); el investigador de fenómenos celestes y uno de los líderes de la misión de la sonda New Horizons a Plutón, Alan Stern (EE. UU.); y la ingeniera química Zhenan Bao (República Popular de China), quien revolucionó la industria de los materiales.
También fueron reconocidos Alí Akbar Zalehi (Irán), el jefe del programa nuclear de Irán que gestó un programa para mantener esta tecnología de forma más “pacífica”, y la astrónoma Johan Schmelz (EE. UU.), quien es activista contra el acoso sexual.
La lista la completan el “arqueólogo del genoma”, David Reich (EE. UU.), quien ha estudiado la evolución histórica de la genética humana; Mikhail Emeretz (Rusia), físico y químico quien trabaja en electricidad libre de resistencia; Christina Smolke (EE. UU.), bióloga sintética que encuentra nuevas vías para producir opiodes, y el psicólogo Brian Nosek (EE. UU.), quien estudia la infertilidad desde el punto de vista de la mente humana.
Una tica frente al clima. La razón por la que Figueres se involucró en temas climáticos medía cinco centímetros de largo, tenía una coloración dorada con anaranjado fluorescente y vivía en el bosque nuboso de Monteverde.
En 1989, el sapo dorado ( Incilius periglenes ) fue declarado extinto. Se cree que su desaparición se debió a un hongo que se vio favorecido por las condiciones de temperatura y precipitación asociadas al cambio climático.
Figueres, hoy de 59 años, tuvo la oportunidad de verlo cuando era joven, pero sus hijas ya no pudieron hacerlo. “Eso fue un verdadero despertar para mí. Empecé a leer sobre el tema y antes de percatarme, ya estaba dedicando mi vida a la lucha contra el cambio climático”, contó a Nature .
En 1995, y tras ocupar cargos en el Ministerio de Planificación y el Ministerio de Agricultura y Ganadería de Costa Rica, Figueres fundó el Centro para el Desarrollo Sostenible en las Américas (Cedsa). Su objetivo era que este sirviera de enlace entre los países latinoamericanos y la recién creada Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.
Asimismo, formó parte del grupo de negociadores de Costa Rica en las cumbres del clima hasta el 2009.
Su nombre empezó a ligarse, desde el 2006, a distintos espacios de negociación de la convención, como los llamados Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL).
En el 2010, y tras la renuncia de Yvo de Boer a consecuencia del fracaso de la cumbre realizada en Copenhague (Dinamarca) , Figueres asumió la Secretaría Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático . Entonces se le encomendó la misión de liderar el proceso en pro de un nuevo acuerdo que sustituyera el Protocolo de Kioto, a partir del 2020.
Lo primero que hizo fue devolverle la esperanza al proceso de negociación y, como quien reconstruye un país tras el paso del huracán, Figueres levantó puentes de diálogo entre los escombros e involucró a la ciudadanía.
El 12 de diciembre de 2015, la tica se fundió en un abrazo con el canciller francés, Laurent Fabius, y la embajadora Laurence Tubiana.
Su sonrisa puso punto final a un proceso que tardó seis años.