La espina dorsal o columna vertebral –vital para mantenernos erguidos y caminar sobre dos piernas con equilibrio– es más vieja de lo que los mismos arqueólogos creían.
El análisis de un fósil encontrado en Dikika, Etiopía, determinó que hace más de 3,3 millones de años los homínidos ya tenían esta estructura en sus espaldas.
Los científicos bautizaron este fósil como Selam, y se trata de un niña pequeña, de unos 2,5 años de edad. Su nombre significa ‘paz’, en un dialecto antiguo etíope.
Selam era de la especie Australopithecus afarensis , anterior a la del ser humano actual ( Homo sapiens sapiens ). El famoso fósil Lucy pertenece a esa misma especie.
Un aspecto significativo es que este fósil permaneció intacto durante millones de años; su columna vertebral, sus costillas y su cuello estaban completos, lo que permitió un análisis más exhaustivo para determinar que especies antes de la humana ya tenían una espina dorsal bien formada.
Similar. El estudio, de las Universidades de Chicago y Misuri, EE. UU., señaló varias similitudes entre Selam y los humanos de hoy: el soporte para poder caminar en dos pies, el equilibrio y el hecho de que hubiera costillas.
Pero también hay diferencias; por ejemplo, los humanos tenemos menos vértebras para soportar las costillas, y ahora tecontamos con más en la espalda baja, las cuales nos permiten caminar de forma más eficaz.
Cuándo y cómo se presentó esta evolución es un tema aún pendiente de investigación, según señala el reporte, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
“Por muchos años, hemos estudiado restos de fósiles que hablan de que la evolución nos llevó, poco a poco, a tener más vértebras en la zona lumbar, pero no habíamos podido determinar cuántas vértebras tenían nuestros ancestros”, comentó en un comunicado Carol Ward, curadora de Selam y coordinadora de la investigación.
“Selam nos ha dado el primer vistazo sobre cómo se organizaba la espina dorsal en nuestros ancestros”, añadió.
¿Cómo se hizo el estudio? Selam fue descubierto por Zeresena y Alemseged, un profesor de Anatomía y Biología de la Universidad de Chicago. Por 13 años, él y su equipo lo preservaron en el Museo Nacional de Etiopía.
Pero para poder ser examinado como realmente se requería, Selam tuvo que hacer un viaje. En Grenoble, Francia, fue analizado en el Laboratorio Europeo de Radiación Sincrotrón. Allí, los científicos utilizaron técnicas de iluminación y visualización por computadora para tener detalle de todos los huesos.
Todas las imágenes se le enviaron a Ward para que ella fuera quien las analizara.
De acuerdo con Ward, esta tecnología permite detectar las diferencias entre los humanos actuales y sus antecesores.
El estudio indicó que Selam tiene diferentes vértebras entre la parte toráxica y la parte lumbar, pero es el primer especimen en mostrar que, al igual que los humanos, nuestros ancestros más lejanos tenían solo 12 vértebras toráxicas y 12 lumbares, menos de las vistas en la mayoría de los homínidos.
Los científicos señalaron que el buen estado de preservación de este fósil les permitirá analizar diferentes aspectos de nuestros antepasados. El cráneo podría ser el siguiente paso, pues está en idénticas condiciones de conservación.