“Tenemos el reto de adaptarnos a estructuras rígidas, siendo nosotros modelos tan flexibles”, afirma Leandro Camacho.
A sus 25 años, este muchacho, nacido en mayo de 1990, sabe que quiere emprender, colaborar, ser feliz y demostrar que tiene habilidades para aportar a la sociedad.
Camacho, al igual que otros jóvenes, nacidos entre las décadas de los ochenta y noventa, se reconoce a sí mismo como integrante de un grupo que tiene valores diferentes: la generación del milenio.
Esos valores de los millennials ticos fueron explorados por un estudio realizado para el sitio Universidades CR.
Unos 1.105 muchachos, consultados vía telefónica, por la web y en forma personal, revelaron que 89% de ellos está deseoso de tener aprendizaje continuo y 72% considera que tienen un espíritu emprendedor.
El estudio demuestra que a los millennials ticos les gusta entrar en organizaciones donde puedan aprender de otras personas y que prefieren “buscar la felicidad, que una estabilidad económica”, destacó Carlos Chacón, presidente de publicidad virtual Tyconet, responsable de Universidades CR.
La experiencia de Ana Javier Quintero, una joven de 25 años, nacida en diciembre de 1989, confirma este hallazgo. Ella es gestora de innovación en la Agencia Universitaria para Gestión Emprendimientos (Auge), de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Yo trabajo donde trabajo por dos cosas: uno, por el impacto que puedo generar en los profesionales que estamos formando, y dos, por (el contacto con) los líderes. A quien es nuestro líder, yo lo admiro y aprendo diariamente de él; ese es un valor intangible, que estoy consciente que otras generaciones no ven”, aseguró.
Carlos Chacón celebró que los millennials costarricenses apuesten por aquello que les apasiona, pues “si cada uno hace lo que le apasiona, va a ser feliz, y si es feliz, transforma la sociedad”.
“En esta generación, lo que buscamos es venir a cooperar en todos nuestros entornos; no nos gustan las estructuras con las cuales no nos sentimos identificados”, afirmó Leandro Camacho, un joven quien se define como un emprendedor tecnológico e innovador social.
El deseo de trabajar rápidamente lleva a estos muchachos a optar por técnicos, pero estos son “apenas para empezar a ser productivos, luego quieren escoger carrera”, expresó Manfred Pérez, de Desarrollo de Negocios Latam y quien está vinculado al sitio web Universidades CR.
Diferentes. La generación del milenio está deseosa de pasar de las palabras a los hechos.
Juan Carlos Martí, quien tiene 28 años y nació en setiembre de 1986, considera que la generación anterior a la suya se dedicó a “consumir y consumir”. Mientras que los millennials están dispuestos a crear bienestar e impacto social positivo.
Martí, por ejemplo, dirigió el año pasado el proyecto de u na casa autosostenible llamada Trópika , con la que el Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR) participó en una competencia internacional llamada Solar Declathon.
“La creación de Trópika sirvió para romper un paradigma; no era solo una casa; era para decir: ‘Sí se puede’”, comentó Martí.
El joven sabe que forma parte de una generación colaborativa, que tiene a su disposición mucho conocimiento. Con él coincide Ana Javier Quintero.
“La colaboración es el pilar del desarrollo económico que estamos viviendo. Lo veo cada día”, aseguró Quintero.
El estudio de Universidades CR indica que ellos son una generación conectada: “Los millennials no pueden vivir sin Internet, su consumo de dispositivos móviles es muy alto”, señaló Carlos Chacón, de Tyconet.
En las aulas. Los jóvenes del milenio se consideran, además, de creativos y extrovertidos, exigentes. Si ellos mismos se perciben así, ¿cómo los visualizan las universidades que los educan?
Esa es una interrogante que también responde el estudio, mediante consultas realizadas a dueños y rectores de universidades, además de directores de mercadeo y admisión de centros de enseñanza superior.
Los resultados revelan que el 70% de estos muchachos no sabe qué estudiar, cuando se enfrentan a la decisión de escoger una carrera.
Consultado por La Nación , sobre la actitud de esta generación en las aulas, Erick Lobo, vicerrector de Servicios Estudiantiles de la Universidad Latinoamericana de Ciencia y Tecnología (Ulacit) dijo que “cuando se trata de millennials , la clase no debe ser estática. Las experiencias de aprendizaje deben estar enfocadas en potenciar las habilidades que los estudiantes poseen, pues ya ellos tienen un bagaje vivencial y, en ocasiones, profesional, que no debe dejarse de lado”.
Lobo percibe a estos muchachos como jóvenes que gustan darse a conocer y considera que esas habilidades deben orientarse con buenas prácticas.
“Es importante permitir al estudiante expresar su personalidad y encauzarla en beneficio de sí mismo, de su futura profesión y de cómo vincula esto con su servicio a la sociedad”, destacó.
Frente al jefe. Aunque se sabe que la generación del milenio se distingue por ser emprendedora, sus integrantes también están dispuestos a ofrecer sus aportes en las compañías y estas deben estar preparadas para aprovechar todo su potencial.
“Ellos necesitan dar sentido y propósito a su trabajo, entender el aporte a la sociedad, saber que lo que hacen es ‘importante’”, recalcó Cristina Cubero, gerenta de Consultoría de Deloitte.
Los millennials quieren un líder que entregue retos y les brinde un ‘estado de su desempeño’, pero que, a la vez, les dé autonomía y flexibilidad”, concluyó.