A partir del aumento de la rayería en una masa de aire y las variaciones que esta sufra, los científicos podrán predecir, de manera más precisa, la ocurrencia de los huracanes.
Eso, gracias a la fineza de los datos que brindará una nueva generación de satélites geoestacionarios llamados GOES-R , un proyecto conjunto de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la Administración Nacional del Océano y de la Atmósfera (NOAA), de Estados Unidos.
La alta resolución de los datos así como la rapidez con que los científicos podrán obtenerlos, es lo que diferencia a GOES-R de las generaciones anteriores de satélites geoestacionarios. Por ejemplo y, en el caso de huracanes, se aumentó la resolución temporal de los vectores de movimiento atmosférico y se mejoraron los pronósticos de trayectoria a través de la asimilación de datos.
Gracias a GOES-R, los científicos podrán ver con una mejor resolución la estructura convectiva cerca de tocar tierra y cambios en la estructura de la pared en el ojo del huracán.
El aumento de la rayería es un predictor en la formación de tornados. “En los huracanes también se dan una serie de cambios en la rayería que podrían tomarse como predictores”, comentó Gregory Mandt, director del Programa de Sistema de Satélites Geoestacionarios GOES-R por parte de NOAA y NASA.
Eso permitirá a los científicos dar advertencias de tormenta más precisas, ya que se mejoran los plazos de entrega de los datos y esto reduce las falsas alarmas.
“Con GOES-R podremos reducir las falsas alarmas en un 50%”, manifestó Mandt durante una conferencia dictada la semana pasada en Costa Rica por invitación de la Academia Nacional de las Ciencias (ANC).
De hecho, la obtención de imágenes será cinco veces más rápida que en la actualidad. El tiempo de refrescamiento para observar el disco completo de la Tierra demorará entre 5 y 15 minutos.
Nueva generación. Según Mandt, el objetivo de GOES-R es brindar mejoras significativas en la detección y observación de fenómenos meteorológicos (como los huracanes). Además, aunque no está diseñado para ello, estos satélites permitirán obtener información útil para que los investigadores puedan entender el fenómeno El Niño, el cual nace de la interacción de las aguas superficiales del océano Pacífico con la atmósfera e incide en el clima mundial.
Para Sandra Cauffman, subdirectora del Programa de Sistema de Satélites Geoestacionarios GOES-R y miembro de la ANC, esta nueva generación de satélites vendrá a complementar lo realizado por los satélites Jason.
“La rapidez de datos que nos brindará GOES-R nos permitiría monitorear la temperatura del océano para contribuir a la comprensión de El Niño. Lo que hace GOES-R es permitirnos observar cosas de manera más precisa”, aclaró Mandt.
Para Cauffman, estos nuevos satélites serán una valiosa herramienta para monitorear el clima: “Con el cambio climático tenemos que monitorear variaciones en horas y días. Toda esa información la podemos usar para salvar vidas”.
El lanzamiento de GOES-R está previsto para octubre en Cabo Cañaveral, en Florida (EE. UU.). “Solo nos falta una prueba más para estar listos”, confió Mandt.
Para el director del programa GOES-R, todos los países se verán beneficiados de los datos que recolectarán estos satélites.
“Costa Rica es uno de los líderes en usar los datos de GOES (generación anterior) para sus predicciones meteorológicas. Además, tenemos a un tico en la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y se está entrenando a científicos en cómo usar estos datos”, agregó Cauffman.
Estos nuevos satélites no solo monitorearán la atmósfera terrestre; sus aplicaciones serán muchas más.
Por ejemplo, se mejoró la tecnología de algoritmos de detección de niebla para que brinde información cuantitativa y cualitativa. Con ello se pretende ayudar a prevenir accidentes de aviación.
También, y en caso de erupción volcánica, se podría medir la altura y dirección de la pluma para así advertir a los aviones y a las poblaciones sobre las cenizas.
Incluso, se podrá dar seguimiento a las nubes generadas tras una explosión o incendios de grandes magnitudes.
Clima espacial. En total, GOES-R estará equipado con seis instrumentos. Uno de ellos, el magnetómetro, permitirá medir el clima espacial que se deriva de la interacción del Sol y la Tierra.
El clima espacial puede influir en el rendimiento y fiabilidad de los sistemas tecnológicos espaciales y terrestres.
Por esa razón, el magnetómetro medirá la magnitud y dirección del campo magnético de la Tierra que funciona como escudo protector ante el viento solar, la radiación y las llamaradas de rayos X.
El sensor XRS, por ejemplo, detecta el comienzo, duración y magnitud de las llamaradas de rayos X provenientes del Sol. “Eso nos ayudará a prevenir la interrupción de comunicaciones y navegación”, explicó Mandt.
En este sentido, GOES-R se perfila como la llave que podría abrir una nueva puerta de conocimiento sobre el clima tanto espacial como terrestre.