Imagínese que al solicitar el servicio de Uber, el auto llegue y no haya un chofer al volante.
Esta peculiar escena parece salida de la mente del novelista ruso Isaac Asimov (autor del libro de Yo Robot ), pero es la realidad que se vive en las calles Pittsburgh, donde los automóviles ya se conducen solos.
La compañía de tecnología Uber volvió a renovar la industria de transportes al desarrollar la idea de automóviles sin chofer que empezó a operar el pasado setiembre en la ciudad Pittsburgh, Estados Unidos.
Estas nuevas carrocerías están blindadas con antenas, sensores, radares y una computadora que toma las decisiones después de recopilar la información de los aparatos.
Los clientes, al solicitar el transporte, son seleccionados aleatoriamente para ser recogidos por un automóvil de estos, pero que tiene dos ingenieros en los asientos delanteros.
De esta forma, uno de los conductores se encargaría de tomar el volante si el carro se encuentra con un obstáculo o un imprevisto, mientras que el copiloto tiene la misión de registrar en una computadora todo lo que ocurre en el camino.
Según medios internacionales como Business Insider, Wired y AP , las intervenciones humanas son mínimas y, hasta el momento, no se han registrado accidentes con estos vehículos.
Si bien Uber fue la primera compañía en enviar sus carros autónomos a las calles, otras empresas también trabajan en el tema de la inteligencia artificial en el sector transporte. Tal es el caso de Google, BMW, Volvo y Mercedes Benz. Esta última estrenó en junio el primer bus autónomo en las calles de Holanda.
A finales de setiembre, la administración de transportes parisinos (RATP) llevó a cabo una primera demostración de un minibús sin chofer, completamente eléctrico, en una muestra de su interés por el transporte autónomo y ecológico.
Según los promotores, todas estas tecnologías permitirían descongestionar el tráfico y bajarían los niveles de polución, entre otros beneficios.
El hombre versus máquina Con la inminente llegada de los carros controlados por una computadora, surge la pregunta: ¿qué pasará con los choferes?
Ya Travis Kalanick, cofundador de Uber, dio el primer aviso en mayo del 2014, durante la conferencia Code. “La razón por la cual Uber puede ser caro es porque no solamente se paga por el uso del carro sino que también se cobra por la persona que maneja el vehículo”, explicó Kalanick.
Además agregó: “Cuando no hay una persona al frente del volante, el costo se vuelve ridículamente accesible, incluso es más barato que tener un auto”.
La llegada de la inteligencia artificial le costará al mercado laboral más de 7 millones de trabajos en los próximos cuatro años, según cálculos del Foro Económico Mundial. Sin embargo, Kalanick aseguró en una entrevista reciente con el medio Business Insider , que los choferes humanos seguirán siendo necesarios en rutas complicadas.
Falta camino. A pesar de las expectativas de este tipo de transporte, algunos expertos ya han comenzado a bajarle el tono.
Según el profesor y experto en ingeniería automotriz, Raj Rajkumar, la consolidación de estos vehículos está muy lejos.
“Si algo sale mal en medio de una autopista a 80 kilómetros por hora, las cosas se podrían salir de control muy rápido. Es cierto que traerá un gran número de beneficios, pero aún está lejos para completarse”, enfatizó Raj,
Caso similar ocurre con Elon Husk, cofundador de Paypal y Tesla Motors, quien argumentó que más allá del avance tecnológico, la inteligencia artificial todavía debe resolver aspectos legales, filosóficos y económicos.
“Y aún así, si Uber logra que los automóviles autónomos funcionen bajo nieve, lluvia y en las pistas, debe vencer un obstáculo más: la legislación. Un carro puede ser autosuficiente, pero necesita un conductor con licencia al mando del vehículo para que sea legal”, sentenció Husk.
Uber, por su parte, tampoco ha dicho cuándo probará sus prototipos fuera de las calles de Pittsburgh; así que todavía falta mucho por ver.