Convencido de que en la carrera por la conquista espacial hay cada vez más competidores, el administrador de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) Charles Bolden explicó que dicha agencia ha definido claramente sus objetivos y cuenta con los recursos necesarios para emprender los principales proyectos, en colaboración con entidades similares en otros países.
Bolden participó en la inauguración del III Taller de Tecnología Espacial con Dimensión Humana que se realiza del 7 al 11 de marzo en el hotel Crowne Plaza, en San José. La Nación conversó con él este lunes. A continuación, un extracto de la entrevista:
¿Cuáles son las prioridades de NASA en estos momentos?
En el área de vuelos espaciales humanos, lo principal es mantener la Estación Espacial Internacional por lo menos hasta el 2024, desarrollar el cohete Space Launch System (SLS) y la cápsula Orion y SLS para la exploración del espacio profundo, y asegurar las operaciones de tripulaciones comerciales.
”En el rubro de aeronáutica, nos centraremos en demostraciones de nuevas tecnologías, por ejemplo, aviones con motores híbridos que tienen un uso más eficiente del combustible.
”En el área científica, el proyecto prioritario es el telescopio espacial James Webb, que planeamos lanzar en el 2018. Ese telescopio es 100 veces más potente que el Hubble y estará ubicado a 1.500.000 kilómetros de nuestro planeta, en un sitio donde la gravedad de la Luna y de la Tierra tienen un balance mutuo. Irá más allá de nuestro sistema solar para estudiar otras galaxias, así como las atmósferas de los planetas que giran alrededor de otros soles (exoplanetas). Este telescopio indagará los orígenes de los sistemas solares múltiples”.
¿Tiene la NASA suficiente presupuesto para esos proyectos tan ambiciosos?
Cuando me convertí en administrador de la NASA, hace siete años, lo primero que les dije a los miembros del Congreso, al presidente (Obama) y al público de Estados Unidos, fue que nunca íbamos a gestionar un presupuesto insostenible. Nosotros definimos nuestros proyectos de modo que calcen en el presupuesto, y no al revés. La propuesta de presupuesto del presidente para este año contempla varios proyectos enfocados a llevarnos a Marte en el 2030, entre ellos, la conclusión del cohete Space Launch System y la cápsula Orion.
”Ambos podrían volar por lo menos una vez al año. El presupuesto también incluye varios experimentos científicos llamados precursores, como un vehículo espacial similar al Curiosity, llamado Mars 2020, y una sonda que ingresará este año a la órbita de Júpiter, llamada Juno” .
Toda esta exploración a gran escala también deja basura espacial. ¿Existe alguna estrategia para controlar este problema?
NASA está trabajando ahora con otras agencias espaciales en algo llamado mitigación de desechos, que consiste en crear regulaciones de modo que no se produzca basura. Cuando un satélite llega al fin de su vida útil, tiene suficiente combustible como para salir de órbita y dirigirse al océano o bien dirigirse millas arriba en una zona que llamamos una ‘órbita parqueo’. Limpiar la basura orbital es todavía un reto y, de hecho, una de las aplicaciones del cohete VASIMR, de Franklin Chang, es desplazarse y recolectar grandes piezas de residuos espaciales.
¿Es realista pensar que un país pequeño, como Costa Rica, puede entrar en la carrera espacial a gran escala?
Sin duda. Costa Rica trabaja muy de cerca con nosotros en el área científica, pero también en el área educativa. Este país es parte del programa Globe, que permite a estudiantes de primaria y secundaria recolectar información meteorológica e introducirla en una base internacional de datos. El ministro de Ciencia y Tecnología (Marcelo Jenkins) me comentó que cuentan con fondos para enviar a tres estudiantes ticos a Estados Unidos este verano, para un programa internacional de pasantías, probablemente en el Centro de Investigación AMES, de NASA.