Cerca de nuestro sistema solar, siete planetas giran alrededor de una estrella enana llamada TRAPPIST-1, anunció la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA). De ellos, al menos tres podrían tener las condiciones necesarias para albergar agua y vida.
El hallazgo ha emocionado a un equipo de científicos, encabezado por el astrónomo belga Michäel Gillon. El entusiasmo de los investigadores deriva de que los cuerpos celestes cuentan con tamaño y masa similar a la Tierra.
Están a 39 años luz de nosotros en la constelación de Acuario, es decir 370,5 billones de kilómetros, lo que aún así se considera cercano.
Los planetas fueron denominados con las letras del alfabeto b, c, d, e, f, g y h.
Para identificar la presencia de estos exoplanetas, es decir, aquellos que están fuera del sistema solar, los científicos utilizaron una técnica llamada fotometría de tránsito, la cual consiste en detectar planetas distantes y a continuación medir la atenuación del brillo de su estrella anfitriona (en este caso TRAPPIST-1), cada vez que un planeta pasa entre esta y la Tierra.
"Son los primeros planetas del tamaño de la Tierra que se han encontrado en órbita alrededor de este tipo de estrellas (enanas), celebró Michael Gillon, principal responsable de la investigación.
Por su parte, Lela Taliashvili, directora del Centro de Investigaciones Espaciales, Cinespa de la Universidad de Costa Rica consideró que: "Trappist-1 parece ser un sistema planetario parecido al sistema solar con una estrella más fría, más pequeña y mucho menos masiva que el Sol, que puede vivir mucho más tiempo que nuestro astro rey", comentó.
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¿Agua?
Entre las observaciones efectuadas por el grupo de investigadores de NASA sobresale que la arquitectura de los planetas sugiere que estos se originaron lejos de la estrella TRAPPIST-1 y migraron cerca de ella. Además, que los planetas son rocosos debido a su densidad.
Hasta el momento, el equipo de investigadores logró identificar la masa de seis de siete de ellos. El sétimo y más lejano de los exoplanetas aún no se ha estimado, sin embargo, "los científicos creen que podría ser una helada bola de nieve, pero se necesitan más observaciones", apuntó la NASA en un comunicado de prensa.
Los planetas identificados cuentan con masas y tamaños similares a los de la Tierra. Asimismo, tienen temperaturas de equilibrio suficientemente bajas como para que sea posible la presencia de agua líquida sobre sus superficies.
"Si se confirman las condiciones favorables para existencia de agua líquida, será un sistema potencial de existencia de la vida", señaló Lela Taliashvili, directora del Centro de Investigaciones Espaciales, de la UCR.
Los científicos utilizaron un modelo climático unidimensional libre de nubes y así dedujeron que los planetas "e", "f" y "g" podrían albergar océanos de agua en sus superficies, asumiendo que estos tuvieran atmósferas similares a la de la Tierra.
Periodos orbitales
Según reportó la revista especializada Nature, los investigadores identificaron que este sistema planetario es "extremadamente compacto, plano y ordenado". Además, de que sus periodos orbitales, es decir, el tiempo que le toma a cada planeta hacer su recorrido alrededor de la estrella enana va de entre 1,5 y 13 días.
Los investigadores observaron que la órbita del sistema es casi resonante. ¿Esto qué quiere decir? Según Taliashvili: "La resonancia orbital se refiere a un movimiento del sistema dinámico de dos o más cuerpos celestes, de tal manera que sus períodos orbitales se relacionan como números enteros pequeños. Como resultado, ejercen fuerzas gravitacionales cambiantes entre ellos (que aumentan cuando estos cuerpos se acercan periódicamente) y dando como resultado un cambio de sus órbitas".
"Un ejemplo de esto en nuestro sistema solar son los periodos orbitales de Júpiter y Saturno, que están en una resonancia de 5:2, es decir, cinco años-Júpiter es igual a dos años-Saturno", comentó la directora del Cinespa.
En el caso específico del TRAPPIST-1, mientras que el planeta más cercano a la estrella hace ocho órbitas, el segundo, tercero y cuarto planetas giran cinco, tres y dos veces alrededor de ella.
El hecho de que tengan un sistema casi resonante indica que tienen un proceso evolutivo similar al de nuestro sistema solar, comentó Taliashvili.
Futuro
La posibilidad de estudiar la atmósfera de estos exoplanetas se abriría en el 2018, cuando está programado el lanzamiento del telescopio espacial James Webb. Según detalla la publicación de Nature este dispositivo estará equipado para detectar componentes atmosféricos y emisión térmica.
El estudio de exoplanetas es de suma importancia, apuntó Lela Taliashvili del Cinespa de la UCR.
La investigadora destacó que conocerlos permitirá ampliar la comprensión de la física planetaria, hasta ahora basada en un nuestro sistema solar, y ponerla en el contexto universal.
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También, servirá para establecer cuál fracción de los sistemas planetarios tiene condiciones adecuadas para albergar planetas habitables. Además impulsará el desarrollo de avances tecnológicos que generarán instrumentos para estudiar estos cuerpos celestes.
Por último, la física estelar se beneficia fuertemente de las observaciones de los exoplanetas, pues se obtienen una gran cantidad de medidas y propiedades estelares de alta calidad, incluyendo la composición estelar.
"El sistema TRAPPIST-1 ofrece una de las mejores oportunidades en la próxima década para estudiar las atmósferas alrededor de planetas con tamaños similares al de la Tierra", dijo Nikole Lewis, co-líder del estudio Hubble y astrónoma del Instituto de Ciencias del Telescopio Espacial en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.