Científicos del Instituto Médico Howard Hughes, en EE. UU., quieren reivindicar el sentido del olfato de los humanos, de quienes se suele decir que solamente distinguen entre unos 10.000 aromas.
Un reciente estudio publicado en la revista Science asegura que la nariz de las personas en realidad discierne entre hasta un billón de olores particulares, aunque le sean desconocidos.
“Espero que nuestros hallazgos cambien la terrible reputación que tenemos los humanos de no ser buenos olfateadores”, comentó la científica Leslie Vosshall, quien dirigió el estudio.
Para determinar los límites del olfato humano, el equipo de científicos utilizó 128 compuestos químicos. Estos tenían olores que emulaban los del zacate, cítricos y otros.
Sabiendo que no sería posible exponer a los participantes del estudio a 10.000 olores distintos, el equipo de Vosshall ideó una estrategia para medir la sensibilidad del sentido del olfato.
Presentaron, a 26 personas con grupos de tres, las muestras de los compuestos, en las que dos eran idénticas y una difería.
Las mezclas tenían de 10 a 30 compuestos distintos, de entre los 128. Esto ayudó a que los olores no resultaran familiares para los participantes del estudio, y a elevar el nivel de complejidad de la prueba.
Cada participante realizó 246 de estas determinaciones.
Los investigadores hallaron que era difícil distinguir entre ellas cuando ambas mezclas tenían compuestos que superaban en 51% a los restantes.
Al calcular el número posible de mezclas en donde ese solapamiento no ocurriese, obtuvieron una cifra aproximada de cuántos olores distingue la nariz humana: al menos un billón.
“Todos estábamos sorprendidos de lo alta que es el supuesto más conservador que podemos hacer, pero en verdad existen mucho más que 128 fragancias, por lo que el número sería mucho, mucho mayor”, dijo Vosshall.
Interrogantes. El neurólogo Donald Wilson, investigador del olfato en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, espera que la nueva cifra acerque a la ciencia a resolver un misterio pendiente: cómo el cerebro y la nariz trabajan juntos para procesar los aromas.
Se sabe que, en la nariz, 400 tipos de receptores se activan de manera selectiva dependiendo de las moléculas aromáticas que despide un compuesto, como una taza de café recién chorreado.
El cerebro interpreta esas señales de distintas maneras, pero los detalles de ese mecanismo todavía no se conocen.