San José. Redacción
Alexander Graham Bell nació en Edimburgo, Escocia, en 1847, pero vivió y trabajó en Inglaterra, Canadá y Estados Unidos.
Desde muy joven comenzó a estudiar la mecánica del sonido y se concentró en la voz humana.
Puso en práctica un sistema de aprendizaje, el cual había sido ideado por su padre, para facilitar la comunicación entre las personas sordomudas.
A Bell le inquietaba la idea de poder reproducir la voz humana y en 1875 diseñó un receptor sencillo que podía convertir la electricidad en sonido.
Algunos contemporáneos a él, como el italiano Antonio Meucci, (1808-1889) estaban desarrollando trabajos similares y aún hoy la controversia sigue abierta sobre quién fue el verdadero inventor del teléfono.
No obstante, fue finalmente Bell quien logró inscribir la patente de un invento llamado teléfono, el 7 de marzo de 1876.
La curadora del Museo Nacional de Historia Estadounidense del Instituto Smithsonian Carlene Stephens explicó que en esa institución se resguardan cerca de 200 grabaciones de sonido que fueron realizadas entre 1881 y 1885 en el Laboratorio Volta, donde Bell ejecutaba sus experimentos.
Sin embargo, por su antigüedad y fragilidad esas cintas nunca habían sido escuchadas. Stephens se puso en contacto con Carl Haber, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, y Peter Alyea, de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, y juntos desarrollaron un proyecto para "extraer" el sonido de esas cintas centenarias el cual resultó ser la voz de Bell.
Los científicos utilizaron un sistema que permite obtener un mapa digital de las grabaciones; es decir, captura imágenes tridimensionales en altísima resolución de los sonidos en la cinta, sin necesidad de manipular los discos.
Las imágenes luego se procesan en una computadora y es posible "depurar" la grabación original hasta el punto de escucharla.