Durante cinco años, Arturo (nombre ficticio) pasó la Nochebuena con su papá y su mamá en la casa de sus abuelos maternos. Allí departía con sus primos desde las 5 p. m. y veía a sus papás y tíos preparar bocadillos. Luego iban a misa, cenaban, abrían regalos y jugaban.
Este año será diferente. Su papá pasará por él a las 6 p. m. y lo llevará a donde su tía; allí estará un par de horas para luego ir, como todos los años, donde su abuela a pasar la Navidad con su familia materna.
Su padres se separaron en agosto y esta fue la solución que acordaron para que Arturo no sufriera la ausencia de ninguno de sus progenitores.
“Al principio, pensamos en que tal vez una de las familias podía hacer un almuerzo el 25, pero ni en mi familia ni en la de mi exesposo había suficientes personas que pudieran participar de él; además, habría sido forzar la situación”, explicó la madre de Arturo, vecina de Coronado.
Este caso no es único. Las navidades de “tiempo compartido” son comunes en el país.
¿Cómo administrar el tiempo? Para la psicóloga Sarita Álvarez, no hay una sola fórmula.
“En ocasiones, hay un acuerdo judicial que estipula que el niño debe pasar con determinado padre estas fechas. En esos casos, debe respetarse el acuerdo”, comentó la especialista.
“Si no es así, debe establecerse un acuerdo entre los padres. Al niño le hace falta estar con papá y con mamá en la festividad; ambos son importantes. Lo ideal es hablar con el menor y explicarle, tomar en cuenta su opinión, pero tampoco dejarlo hacer lo que quiera”, añadió.
Álvarez destaca la importancia de que los menores expresen sus pensamientos y sientan que se presta atención a lo que opinan, aunque al final se opte por otra decisión.
“A veces subsanamos los deseos y necesidades de nosotros como adultos. No podemos entrar en algo tan egocéntrico. No podemos manipular con regalos. También hay que entender que no es solo el 24, también está el 25 y las fechas siguientes”, afirmó Álvarez.
Negociación. Los expertos consideran que si el menor no quiere estar con uno de los padres en estas celebraciones, es vital indagar las razones. Debe averiguarse si hubo un pleito o hay resentimientos.
“Lo recomendable es que sean los papás quienes decidan cómo se repartirá el tiempo del niño, pues este puede tomarse su elección como algo muy personal. Podría pensar que está queriendo más a uno que a otro por elegir estar con él. Si la decisión ya está tomada, el niño no se sentirá culpable”, afirmó el psicólogo Mariano Rojas.
Este insiste en la importancia de que, en cada fecha festiva, el niño encuentre un ambiente alegre de Navidad: un arbolito, portal, decoraciones alusivas o villancicos que permitan al menor sentirse en un ambiente de fiesta y no en uno de tristeza.
Ambos psicólogos comentan que no es conveniente separar a los hermanos para estas celebraciones. Por ello, si hay más de un hijo, probablemente se requerirá una negociación mayor.