El cáncer colorrectal es de los que presenta una mayor cantidad de casos nuevos reportados cada año en Costa Rica.
Según datos del Registro Nacional de Tumores, entre 2000 y 2012, este tumor aumentó un 17% en las mujeres y un 29% en los hombres.
Por eso, a partir del segundo semestre de este año, los vecinos de Atenas y Valverde Vega en Alajuela; y de Belén, Santo Domingo y San Isidro, en Heredia, serán objeto de un plan piloto de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) para detectar a tiempo lesiones precancerosas en colon y recto.
El proyecto consiste en buscar hombres entre 50 y 74 años (población más afectada) en esas comunidades y pedirles hacerse una prueba para detectar sangre en las heces, lo que puede ser un indicativo de una lesión precancerosa o un cáncer que recién comienza a formarse.
El examen, conocido como prueba fecal de inmunohistoquímica (FIT, por sus siglas en inglés), es una prueba fácil de realizar; la persona no requiere ni cambios de dieta ni preparación alguna, ni los días previos, ni horas antes de hacerlo. Además, se puede hacer en la casa.
Si el examen de sangre oculta fuera negativo, los participantes se deberán hacer otra prueba igual en dos años. Si, por el contrario, el resultado es positivo, los pacientes serán sometidos a una colonoscopia para conocer el origen del sangrado. En este procedimiento se examinan el colon y el recto en toda su extensión, para luego dar tratamiento indicado.
Importancia. Para Juan Carlos Sánchez, médico encargado del proyecto, una de las principales barreras es el enfrentar el recelo de muchos hombres a hacerse cualquier examen de salud.
“Quienes sienten algún miedo hacia la posibilidad de un diagnóstico, deben saber que, si son detectados y tratados tempranamente, las posibilidades de sobrevida son mayores en comparación con aquellas personas que se diagnostican hasta que presentan síntomas que los llevan a consultar”, comentó Sánchez.
Además del crecimiento en la incidencia de cáncer colorrectal, la mortalidad también preocupa a los médicos. Entre el 2000 y el 2014, se vio un incremento del 59% en los hombres y una reducción del 7% en las mujeres.
Aún no hay estudios médicos que den explicaciones del por qué se da este comportamiento en este tipo de tumores.