El cerebro de las personas con anorexia es diferente y reacciona distinto ante los impulsos y la toma de decisiones, con respecto a quienes no sufren este trastorno.
Así concluye una investigación del Instituto Zuckerman del Comportamiento Mental y Cerebral de la Universidad de Columbia, EE. UU. Este reporte fue publicado, este lunes, en la revista Nature Neuroscience .
La anorexia es un trastorno alimentario en el cual la persona se obsesiona con la delgadez y se somete a ayunos y ejercicios extenuantes para bajar de peso.
Quienes sufren este padecimiento pueden tener un miedo intenso a aumentar de peso, incluso cuando están muy por debajo del peso que deberían tener. Los pacientes, en su mayoría mujeres, se creen obesos aunque pueden llegar a estar por debajo de los 35 kilos .
Anteriormente, la mayoría de los estudios ha expuesto sobre la alta mortalidad de este trastorno, pero pocos han visto las reacciones en el cerebro.
Impacto. Para dar este paso, los científicos tomaron a 21 pacientes con anorexia y, por cada una de ellos, escogieron uno del mismo sexo y edad similar. Según los investigadores, el número de participantes es pequeño y se necesitan estudios con más personas, pero este es un primer avance.
El estudio consistió en ver comer a las personas. Como era de esperar para los investigadores, las personas con anorexia seleccionaron comidas más bajas en grasa, duraron más tiempo ingiriendo cada parte de la comida y dejaron alimento en su plato.
Durante todo este tiempo, las personas fueron monitoreadas mediante dispositivos que registraban cada actividad cerebral.
Los científicos observaron que las regiones cerebrales que se activaban en los anoréxicos eran diferentes. En ellos, las opciones de qué comer se asociaron con actividad en el estradio dorsal, una zona relacionada con el control de las acciones.
Aún más, a la hora de comer, los anoréxicos tenían activada una zona del cerebro que no mostraba actividad en los otros participantes: una parte del estradio frontal, que se asocia con planeamiento futuro. Según los científicos, esto podría indicar que ya estaban planeando su ingesta de calorías del día siguiente.
“Estos resultados son de gran valor en estudiar cómo el cerebro toma decisiones, tanto en la salud como en la enfermedad. Entender cómo funcionan los circuitos cerebrales en la toma de decisiones también ayuda a buscar posibles formas de tratamiento”, señaló en un comunicado de prensa Daphna Shohamy, uno de los autores del reporte.
Esta no es la primera investigación en ver diferencias cerebrales en las personas con anorexia, pero sí la primera en verlas en estas zonas. En abril pasado , un estudio de la Universidad de San Diego mostró que el cerebro de las personas con anorexia no reacciona cuando se tiene hambre, por lo que el paciente no se ve motivado a comer.
El documento en la revista Biological Psychiatry pide tomar en cuenta estos factores en el tratamiento no solo de trastornos alimentarios, sino también de otro tipo de adicciones.