Durante años, la ciencia ha intentado encontrar una vacuna contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), microorganismo de transmisión sexual y causante del sida. Este síndrome deprime el sistema inmunitario y provoca que un simple resfrío signifique un riesgo para la salud.
La difícil genética del virus y lo rápido de sus mutaciones ya complicaban la situación. Ahora, los científicos deben sumar una dificultad más en su búsqueda: las mutaciones genéticas de los pacientes con el virus.
Estudios de seguimiento de la vacuna experimental llamada RV144, cuyo ensayo clínico se aplicó en Tailandia en el 2009, revelaron dos grupos totalmente opuestos: en uno de ellos, hay una protección de hasta el 71% contra el virus, pero en el otro grupo el riesgo de contagio más bien se incrementó en un 20%.
Cuando los investigadores buscaron las posibles causas, encontraron la respuesta en un gen llamado antígeno leucocitario humano (HLA, por sus siglas en inglés). Este gen “trabaja” con proteínas que ayudan al sistema inmunitario del cuerpo a diferenciar entre sus propias células y sustancias extrañas y dañinas.
Los investigadores lograron establecer que las personas con una variante del gen llamada DPB1*13 generaban anticuerpos protectores contra el VIH.
Pero, por otra parte, quienes tienen una variante llamada DQB1*06, más bien tienen una respuesta peor a la vacuna experimental.
Hallazgos. Los reportes anteriores con esa vacuna habían revelado una eficacia promedio del 31% en todos los pacientes. Hoy, los investigadores ven que esa cifra es el resultado de los dos grupos de pacientes extremos.
“Los misterios biomédicos no son una novela de Agatha Christie. No siempre se resuelven al final del ensayo clínico. La vacuna RV144 es un ejemplo, y por eso se necesitan más estudios relacionados con la protección al VIH”, dicen los investigadores en un comentario adjunto al estudio , publicado en Science Translational Medicine.
“El descubrimiento de cómo las variantes genéticas del gen HLA cambian la respuesta ante la vacuna, pone en perspectiva cómo el perfil genético juega a la hora de crear una nueva vacuna”, añade el documento. Este resultado plantea un nuevo reto en la búsqueda de una vacuna contra el VIH, misión en la cual la ciencia ha fracasado. Los investigadores reconocen que los distintas fallas les han marcado el camino que no deben seguir, y ya eso es un avance.
Lo bueno. Este martes surgieron noticias positivas sobre ese mal. Onusida (Programa de las Naciones Unidas sobre el Sida) afirmó que los nuevos casos de VIH cayeron más de un 35% desde el 2000. Los datos indican que 83 países –donde reside el 83% de las personas con VIH– han frenado o reducido sus epidemias, incluidas naciones muy afectadas como India, Kenia, Mozambique, Sudáfrica y Zimbabue. Los fallecimientos vinculados al sida cayeron un 41% desde el pico de 2004. En 2014, el número de muertos fue de 1,2 millones de personas.