Las bacterias causantes de infecciones comunes y enfermedades graves se están haciendo más fuertes y, por tanto, su resistencia ante los medicamentos es cada vez mayor.
En otras palabras, cada vez hay más enfermedades que ya no pueden combartirse con los antibióticos tradicionales.
A esto se le añade otro problema: el ritmo con que se fabrican nuevos fármacos en el mundo es mucho menor.
Igual tendencia se observa con enfermedades causadas por parásitos, virus y hongos.
Entre los males que hoy muestran mayor resistencia a los medicamentos figuran la tuberculosis, el VIH, la gonorrea, la malaria y la gripe común.
La situación preocupa a especialistas en medicina, farmacia, microbiología e investigación que se reunirán, a partir de este miércoles en Nueva York, para evaluar medidas con autoridades de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Si no disponemos de antiinfecciosos eficaces, muchos tratamientos médicos de referencia estarán condenados al fracaso o acarrearán riesgos muy importantes”, asevera la OMS en una nota descriptiva sobre la próxima reunión.
Problema creciente. Costa Rica no escapa de los problemas generados por la resistencia de las bacterias a los antimicrobianos.
La pérdida de efectividad de tratamientos contra la shigella o salmonella, por ejemplo, ya ponen a correr a las autoridades sanitarias del país.
¿A qué se debe esta situación? Una de las principales causas es la propia evolución de bacterias, virus, parásitos y hongos. Sin embargo, las decisiones inadecuadas de las personas a la hora de tomar sus fármacos es otro de los factores claves.
Ingerir un antibiótico sin que se le haya recetado, no completar el tratamiento asignado por el médico o terminarlo abruptamente son malas prácticas de los pacientes que pueden aumentar la resistencia de los microorganismos a las medicinas.
De vuelta a Costa Rica, en el 2014 un total de 26.000 asegurados a quienes se les recetó un antibiótico para controlar una infección bacteriana, no acudieron a retirar sus medicamentos en las farmacias de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS).
“Si un médico le receta un antibiótico a una persona, es porque lo necesita. Si esa persona no toma el tratamiento, la bacteria que tiene puede hacerse más grande y la infección puede llegar a otros órganos e incluso llevar a una persona al hospital.
“Ya para ese momento, seguramente, se les debe dar un antibiótico más fuerte”, manifestó en aquel entonces Esteban Vega, coordinador de Farmacias de la CCSS.
Anteriormente, en 2010, un estudio de la misma Caja advirtió que el 70% de los asegurados admitió que no finalizan su tratamiento con antibióticos.
Si la persona abandona el tratamiento antes de tiempo porque se siente mejor, la bacteria no ha muerto del todo. Entonces, al dejar de ser atacada con el medicamento, esta crecerá más y el tratamiento inicial ya no servirá para controlarla.
“Por eso es tan importante tomar el tratamiento al pie de la letra, no importa que usted ya se sienta bien, siga tomándolo”, concluyó Vega.