El virus del Ébola, causante de la epidemia del año pasado en África y que aún no ha podido ser erradicado en ese continente, cambia su composición genética (mutación) de forma más lenta que la sospechada en un inicio por los científicos.
Dicha estabilidad genética haría más sencilla la obtención de una vacuna preventiva.
Estas son las conclusiones de una investigación realizada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto con varias universidades británicas, alemanas y estadounidenses. El reporte fue publicado la semana pasada en la revista Science .
El documento señala que, tras analizar la genética de virus aislados en diferentes comunidades donde la enfermedad está presente, entre 2013 y 2015, y al compararlos con los de brotes anteriores en la década anterior, las diferencias son solo de nueve a 15 nucleótidos (sustancias que componen el ADN y ARN del virus).
Lo más importante, de acuerdo con los científicos, es que las mutaciones del virus no solo son pocas, sino que no se encontraron cambios en las proteínas que estos generan, por lo que su comportamiento se mantiene.
“Aunque sí hay mutaciones, en ocasiones se necesitan de muchas para que el virus en verdad cambie, y este parece ser el caso con el virus del Ébola. Hemos demostrado que el virus no muta a una frecuencia mucho mayor de la esperada y que esto no cambia ni la virulencia ni la gravedad de la enfermedad”, citó el reporte.
“Las mutaciones están allí, pero solo serán ventajosas si encuentran condiciones que le permitan preservarse. Por ejemplo, el virus de influenza aviaria lleva más de 20 años transmitiéndose en millones de aves y aún no ha logrado mutar y transmitirse de forma sostenida de persona a persona”, manifestó en ese entonces el virólogo David Loría.
Hacia posibles vacunas. En Coya, Guinea, una de las regiones más afectadas por la epidemia del ébola, ya se prueba una vacuna contra este virus.
Se trata de la primera fase del ensayo clínico, con el cual se determina la seguridad y la eficacia de la posible inyección, que está siendo probada solamente en adultos, pues son las personas que tienen el mayor riesgo de contraer la enfermedad.
Primero se vacunará a quienes estuvieron en contacto con pacientes contagiados, para así crear un anillo de seguridad.
Las mujeres embarazadas no participan dada su condición.
“Esta iniciativa da esperanza, en Guinea y en el mundo, de que pronto podríamos tener una herramienta de salud pública contra el ébola”, expresó, en un comunicado de prensa, Jean Marie Dangou, representante de la OMS en esa nación africana.
Sin embargo, aún habrá una espera de varios años de estudios clínicos para que se garantice que la vacuna es realmente eficaz y con pocos efectos secundarios para quienes la reciban.