Hacerse viejito no es sinónimo de tener mala memoria. Ese es un error común que aleja a la mayoría de los costarricenses de los médicos y hace que busquen ayuda para lidiar con su mala memoria cuando ya es demasiado tarde para revertir los peores daños.
Un estudio en 2.185 usuarios de la Clínica de la Memoria del Hospital Nacional de Geriatría entre 2007 y 2013, señala que seis de cada diez adultos mayores ticos vive esa situación.
El 65,5% de las personas que llegan ya tienen demencia, condición caracterizada por pérdida de la memoria y otras áreas mentales, que les impide desarrollar actividades cotidianas y les resta capacidad para valerse por sí mismos.
La situación es preocupante, pues en el 81% de los casos la demencia aparece primero con un deterioro cognitivo leve; es decir, cuando la persona detecta que se le están olvidando cosas.
Si se busca atención en esta primera etapa, es fácil ayudarle a que su mente se desarrolle, y no solo frenar el trastorno, también mejorar la condición cognitiva y memoria. “El problema es que mucha gente cree que el perder memoria es parte de envejecer y eso no es cierto. Por eso muchos tardan en buscar ayuda”, subrayó Daniel Valerio, geriatra de la clínica.
Solo el 22,3% de las personas que llegan a la clínica tienen un deterioro leve, aunque cabe destacar que el 12,2% de quienes buscan este servicio no tienen deficiencias.
“Sí se puede hacer algo por quienes tienen demencia, pero cuanto más temprano venga una persona, va a encontrar más beneficios”, comentó Erick Miranda, geriatra de la Clínica de la Memoria.
Para Luis Emilio Corrales, psicólogo clínico de la entidad , cuanto menor sea el desarrollo del trastorno, más puede hacerse para recuperar las habilidades. “Los que ya están con una condición moderada y severa ya no se estimulan, no es tan fácil porque su pérdida cognitiva y para desarrollar actividades es mayor. Nosotros tratamos deterioros leves y moderados”, dijo Corrales.
A quienes tienen deterioro leve, se les da un programa de estimulación cognitiva para que lo trabajen con un familiar o cuidador.
Durante seis meses, estas personas hacen ejercicios de atención, concentración, lenguaje, varios tipos de memoria y socialización.
La actividad física es complemento. “Se revaloran a los seis meses, la gran mayoría o se mantienen sin que el deterioro avance o mejoran”, aseveró Corrales.
Problemas. Para Miranda, la salud cognitiva de los adultos mayores tiene varios obstáculos en el país. El primero es que está subdiagnosticada y mucha gente desconoce su patología. El segundo es que está subvalorada, pues no todos los profesionales de salud están capacitados y formados para afrontar estos trastornos. Además, reclaman la falta de políticas nacionales de salud pública sobre el tema. Finalmente, estos trastornos carecen del tratamiento ideal.
“La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) cuenta con medicamentos para el manejo de problemas de conducta producto de estos trastornos, pero no tienen disponibles fármacos para las patologías como tales; esto es uno de los retos más importantes”, dijo Miranda.