Gotemburgo, Suecia
El primer bebé del mundo nacido de un vientre trasplantado dejará de ser el único relativamente pronto.
Dos mujeres más que quedaron embarazadas después de haber recibido trasplantes de útero deberán dar a luz en las próximas semanas, por lo que podría tratarse del comienzo de una nueva ola de bebés nacidos de esta manera, manifestaron los médicos suecos que fueron pioneros en la técnica.
"Significa mucho para mí el que hayamos sido capaces de ayudar a personas que han intentado durante mucho tiempo tener familia", dijo el doctor Mats Brannstrom, profesor de ginecología y obstetricia en la Universidad de Gotemburgo, quien dirigió el proyecto que concluyó con el nacimiento pionero del mes pasado.
"Esta es la última pieza del rompecabezas en la búsqueda de un tratamiento para todas las mujeres con problemas de infertilidad", agregó.
Brannstrom pronosticó que pronto habría muchos más bebés nacidos de mujeres con úteros donados en países donde los médicos están aplicando la nueva técnica, como Australia, China, Estados Unidos, Gran Bretaña y Japón.
Los padres del primer bebé nacido de una mujer que recibió un trasplante de útero dicen confiar en servir de inspiración a otros que luchan contra la infertilidad.
Después de un proceso que describió como una montaña rusa, la pareja sueca, que permanece en el anonimato, logró tener un hijo el mes pasado cuando la mujer dio a luz a un niño sano pero prematuro. Para ellos, hacer historia era accesorio.
"Sí, somos los primeros en hacer esto, pero eso no era lo importante", dijo la madre a la Associated Press durante una entrevista en su casa.
"Quiero que la gente sepa que lo que creen imposible puede ocurrir", agregó.
Para celebrar el nacimiento de su hijo como una victoria en su largo viaje a la paternidad, le llamaron Vincent, que significa “ triunfador ” .
Acunando a su pequeño hijo dormido, la mujer dijo que aún no podía creerse que por fin fuera madre, después de que a los 15 años le dijeran que no tenía útero y nunca podría gestar a sus propios hijos. Ahora de 36 años, fue una de las nueve mujeres en recibir un útero trasplantado el año pasado en una prueba sin precedentes dirigida por Brannstrom.
El doctor, instalado en Gotemburgo, dijo que sus pacientes proceden de toda Suecia. Además de sus intervenciones, se han intentado otros dos trasplantes de esta clase —en Arabia Saudí y Turquía–, pero en ninguno de esos casos se informó de un nacimiento exitoso.
Para la nueva madre, los estreses habituales de cuidar a un recién nacido parecen menos importantes tras años pensando que nunca tendría un hijo.
"Hemos pasado por tantas cosas que no podía controlar, pero ahora que este fantástico niño pequeño está aquí, sólo me siento aliviada", dijo.
Su marido dijo que siempre serán agradecidos a la mujer de 61 años que les donó el útero, la madre de uno de sus mejores amigos. La mujer se ofreció al conocer las dificultades a las que se enfrentaba la pareja para comenzar una familia.
"Lo que hizo por nosotros es tan increíble y desinteresado que las palabras 'gracias' no parecen bastar", señaló el padre, añadiendo que la donante es también la madrina del pequeño.
La pareja dijo que todavía no tienen claro cómo decir a su hijo cuando crezca que hizo historia de la medicina.
"Le mostraremos los artículos que se escribieron y le diremos todo por lo que pasamos para tenerle", aseguró.
"Quizá se inspire para ser médico", concluyó.